Enrique Jardel Peláez, investigador del Departamento de Ecología y Recursos Naturales, del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), señaló que cada año las regiones Sur y Costa Sur de Jalisco pierden 1.5 por ciento de su territorio de selvas bajas y bosques.
En los últimos diez años la deforestación de tales terrenos suma 30 mil hectáreas, es decir, casi la totalidad del Área Protegida del Bosque de La Primavera, por lo que buscan crear ocho nuevas áreas protegidas
“Ubicadas en la Sierra en Cacoma, el Cañón del Río Ayuquila hacia El Corcovado, en la Sierra de Tuxcacuesco, que se conecta con la Sierra de Manantlán y todas las barrancas que la conectan con las faldas del Nevado de Colima”, explicó Jardel Peláez.
Se fortalecería el trabajo en la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán con cerca de 140 mil hectáreas, y el área protegida del Parque Nacional Nevado de Colima, una de las más importantes del estado.
El proyecto de ordenamiento ecológico se concentra en los municipios de Tonaya, San Gabriel, Tuxcacuexco, Unión de Tula, Zapotitlán de Vadillo, Tolimán, Ejutla, El Grullo, El Limón y Autlán.
Terrenos agrícolas, áreas de pastizales y el crecimiento de las poblaciones, producen el cambio de uso de suelo, alteran el ciclo hidrológico, se pierde la cobertura vegetal y arrasa con el hábitat de animales silvestres.
El Director de la División de Desarrollo Regional del CUCSur, dijo que se desarrollará un esquema de “sistemas agroforestales”, que acoplan en una misma área cultivos anuales perennes y árboles, y destina áreas de la cuenca a “sistemas silvopastoriles” que une la producción ganadera y forestal.
“Tenemos árboles o arbustos que producen forrajes de buena calidad, leña y madera para construcción o postes para cercas, y se combinan con el sistema silvopastoril, por un lado, va a aumentarse lo que le interesa al ganadero, que es la producción de carne, leche o becerros para la venta, y por el otro se lograría el aumento de cobertura de árboles y arbustos y el desarrollo de pastizales más productivos”, detalló el académico.
De ese modo se protege el hábitat para muchas especies silvestres, aumenta la conectividad entre los ecosistemas forestales, mejoran las condiciones de suelo y se contribuye a la mitigación de cambio climático.