Se volvió escritor porque decidió seguir los pasos de su padre. Juan Antonio Segura (periodista, nacido en la CDMX) escribe artículos mayormente culturales, aunque ahora está inmerso por completo en el mundo de las letras. Egresado de la Escuela de Escritores de México y del Claustro de Sor Juana, acaba de publicar la novela Año desbordado, una narración que pretender impulsar la conciencia histórica de México sobre todo en estos tiempos electorales.
“El libro trata de un asesino que está en la cárcel”, cuenta Segura en entrevista con este medio. “Hay un periodista que está haciendo una investigación sobre las cárceles de México y encuentra interesante al asesino. En una entrevista, este narra su historia y nos damos cuenta de que estamos frente a una conciencia histórica porque está hablando de su abuelo, que estuvo en la Revolución Mexicana y en la Cristera, y de su padre, que murió trágicamente en el movimiento de 1968”.
Respecto a este año electoral y la coyuntura de su novela, el escritor explica que el protagonista “está buscando las raíces de sus motivaciones, y nos damos cuenta de que en su historia encontramos muchos hechos de sangre y que la historia tiene que ver mucho con la conciencia de las sociedades”.
—¿Qué papel juega la historia en este momento?
—Tarde o temprano somos como nos va en nuestra historia, y en México nos está yendo como ya nos fue. Es importante tener en cuenta nuestra historia para evitar los errores de antaño y tener una mejor conciencia para estas elecciones. No debemos olvidar que una cosa es tener conciencia de la historia y, otra, hacer comparaciones históricas. Lo segundo es lo que vemos en las campañas, y eso no sirve de nada.
—¿Cuándo fue la última vez que buscaste las raíces de tus motivaciones?
—Siempre me ha gustado revisar la historia. Mi padre fue periodista y escritor y creo que por eso me moví por ese lado. Yo siempre lo veía leyendo y lo que ves lo repites, y ahí es donde uno comienza a obtener ciertas motivaciones para la lectura y la escritura. Es la historia de mi ancestro y, lógicamente, uno quiere repetir esas cosas, y creo que por eso empecé a leer y ese es el motor de la escritura y del periodismo.
—¿Cuánto te tomó escribir esta historia?
—Esta historia la escribí en un año, pero la historia de la novela eran 500 páginas y el trabajo rudo y cansado es meterte a corregir, a sacar toda la paja, a tratar de hacer una novela más concisa y con una mejor forma.
—¿Cuándo fue la última vez que te identificaste con alguno de tus personajes?
—Con el periodista de mi libro. Yo soy periodista independiente, y cuando estuve trabajando en una investigación me sentí muy identificado con el personaje.
—¿El último libro que leíste?
—Es del autor colombiano Mario Mendoza, Budha Blues, sobre situaciones sociales. Si lees entrelíneas ves cómo dentro de la historia encuentras todos los conflictos sociales de Colombia y te das cuenta de que es muy parecido a lo que está pasando aquí en México.
—¿La última vez que sentiste una urgencia por escribir sobre lo que vivimos en México?
—Día a día. Todos los días nace en mí esa semilla, porque historias hay muchas y nacen todos los días. Me encantaría poder hacerlo, pero está difícil escribir una novela diaria.
—¿Qué tipo de historias te obligan a escribir?
—Las historias sociales, yo a mi novela la llamo una historia psicosocial. Me gustan las motivaciones de las personas. También me gustan otros géneros, pero me llama mucho lo social. Las historias están donde sea, las encuentras en cualquier esquina, solo es cosa de estructurarlas y pasarlas al papel.