
Desde una espectacular terraza a un costado del Monumento a la Revolución, en la capital del país, Aleks Syntek habla con Newsweek en Español de sus más recientes “movidas”, entre las que están una gira conjunta con Cristian Castro, un festival de pop y el próximo lanzamiento de su disco Trasatlántico, en el que rescata temas de la emblemática época de la movida madrileña de los años 80.
—¿Cómo ha influenciado tu música la movida madrileña?
—Mi música siempre ha estado influenciada por los años 80, cuando llegó esta música de España me sorprendió. Bandas como Danza Invisible, La Unión, Hombres G y Mecano me cautivaron con una prosa ingeniosa en sus letras. Era música vanguardista en español. Si tenía que hacer un tributo tenía que ser sobre algo que me permeó y trascendió.
—¿Qué es lo último que recuerdas de esta etapa en tu vida?, ¿cómo viviste la movida?
—La movida madrileña fue una época increíble. Mucho de lo que nos llegaba de allá era muy underground, subterráneo o pirata, que en aquellos años no tenía el significado de hoy. Antes lo pirata no era quemar un CD y robarte la música, sino que significaba que algo era muy raro o difícil de conseguir, algo coleccionable.
Foto: Antonio Cruz/NW Noticias.
—¿Qué diferencias ves entre esa generación y las de hoy respecto a la música?
—Venimos de una generación que cuidaba la música porque nos costaba mucho trabajo hacernos de música. Cuando comprabas un disco lo cuidabas, lo limpiabas, le dabas amor; tratabas de entender la propuesta del artista. Lograr este romance es algo que es muy difícil para las nuevas generaciones cuando bajan un file que no les costó nada o prácticamente nada, lo mastican un rato y lo escupen sin saber siquiera la propuesta del artista al que escuchan.
Con varios kilos de menos y una melena renovada, Syntek añade que su intención con Trasatlántico es “sanear, mostrar y enseñar a los chicos millennials lo que nos enseñan los viejos sabios de la música”, y aprovecha para lanzar una crítica a los géneros musicales que han inundado los oídos de los más jóvenes.
Foto: Antonio Cruz/NW Noticias.
“La música urbana y el género de banda en su gran mayoría están llenos de enajenación y repetición, no aportan mucho. Los compositores de hoy son muy improvisados, no leen, les falta leer poesía, sus letras son burdas o muy predecibles. Lo que hacían Hombres G o Mecano era diferente, podrías criticarlos de frívolos, pero se fijaban en cosas muy simples, tal vez hasta bobas, y las hacían muy sofisticadas. Eran muy ingeniosos, muy poéticos, usaban mucho la metáfora y no eran tan predecibles”.
Estas metáforas que menciona el autor de “Sexo, pudor y lágrimas” se encuentran en temas como “La chica cocodrilo”, uno de los grandes éxitos de Hombres G interpretado por David Summers que se volvió un himno de la banda y de aquellos años.
—¿Los años 80 fue el comienzo o el fin de las “chicas cocodrilo”?
—Con la inocencia que se vivía en los años 80, la chica cocodrilo era algo casi ilusorio, las chicas eran conservadoras y recatadas. Por muy locas que fueran, era casi imposible encontrarte a una chica cocodrilo como la de la canción. Hoy hay muchas chicas cocodrilo, las generaciones se han vuelto más abiertas, las chicas ahora son más dominantes, llevan la batuta a veces por encima del hombre. Ellas son las que a veces nos seducen. Parecería que [la canción] fue compuesta en esta época.
Foto: Antonio Cruz/NW Noticias.