Después de los 50 años, el hombre mexicano promedio necesita de la exploración rectal.
En un país de diabéticos y cancerígenos, engordar es preocupante pero que te inserten un dedo en el ano, es el menor de los males.
El sedentarismo es el estilo de vida que mejor describe a los mexicanos, y es ideal para desarrollar cáncer de próstata, aunque la solución está en la punta del dedo.
El tacto rectal es la mejor manera de prevenir que, si eres hombre, desarrolles un tumor maligno en la próstata y mueras.
No es broma ni exageración. Los estadísticos revelan que uno de cada siete mexicanos va a desarrollar cáncer de próstata en su vida. Entre ellos, uno de cada 35, va a morir por no haberlo detectado a tiempo.
Pero una sola revisión al año, puede asegurarte larga vida. Así pasó con don Luis.
Luis García tenía 71 años cuando empezó a orinarse en los pantalones. No es que don Luis tomara mucha agua, sino que su próstata medía 68 centímetros cúbicos, cuando debía medir unos siete, causándole incontinencia.
La próstata es la glándula que produce el semen en los hombres. Cuando la próstata se inflama, el hombre está en riesgo de desarrollar cáncer.
El doctor que consultó a don Luis le recomendó un examen: insertarle un dedo lubricado en el ano en busca de protuberancias.
“Primero sentí pena, pero rápido acepté”.
Su urólogo encontró irregularidades que, tras unos estudios, resultaron en cáncer de próstata, un padecimiento que causa prejuicio en los hombres.
Cuando el médico lo diagnosticó, don Luis se resignó a morir. “A mis 71 años, puedo decir que he llevado una buena vida”, pensó.
Pero su vida no terminaría con el diagnóstico de cáncer.
Tres años después de su tratamiento, don Luis comparte su caso y pide a los hombres que no se dejen llevar por el orgullo y se revisen para evitar el cáncer.
Lo cierto es que por vergüenza, el cáncer de próstata es uno de los tres cánceres que más vidas cobra en México, junto con el de colon y el de pulmón.
¿Es mayor el prejuicio y la pena que el miedo a morir? Edith Pérez, presidenta de la Asociación ProOncavi, dice que los hombres no se revisan para evitar el tacto anal.
Unos dicen que no quieren ser violados, otros que no quieren perder su hombría, y otros más dicen que después del tratamiento, no tendrán erecciones.
Para derribar falsas ideas, ProOncavi organiza cada noviembre una campaña contra el cáncer. Se suman a la campaña mundial para prevenir el padecimiento.
En estas fechas, noviembre es llamado “movember”, una combinación de las palabras moustache y november, cuando los hombres se dejan el bigote y las asociaciones redoblan sus esfuerzos de difusión y servicios preventivos.
El prejuicio dice que la exploración rectal médica es una violación sexual y que el paciente que se someta a la prueba, es homosexual.
“Está muy relacionado el machismo y la falsa masculinidad con la revisión. El que tengan una revisión anal, o que cuiden su salud, no implica que dejen de ser hombres”, dice Pérez.
El tacto rectal no debería ser problema por más de una razón.
De acuerdo al urólogo Andrés Hernández Porras, existen dos vías para detectar el cáncer de próstata, aunque una no excluye a la otra.
Una es el tacto rectal y la otra, un análisis que mide la concentración del antígeno prostático específico en la sangre. Ambas deben realizarse antes de asegurar que existe un cáncer.
Como varios cánceres, el de próstata no presenta síntomas. Y cuando se descubre suele ser tarde.
Por eso es necesaria una reconstrucción de lo que significa ser hombre, dice Edith.
“El hombre necesita trabajar la aceptación de su propia vulnerabilidad, aprender a pedir ayuda”.
Entre las ideas que el Dr. Hernández quiere disipar, está la falsa creencia de que el tratamiento arruina la vida sexual del paciente, y que este se verá obligado a usar pañal.
“La incontinencia realmente es baja”, explica. Solo sucede en 4% de los casos de cirugía laparoscópica para extirpar el tumor. Además, si se detecta el cáncer a tiempo, existe oportunidad de conservar la vida sexual.
La revisión anual es eficaz para detectar a tiempo el cáncer, pero algo mejor que eso es prevenir la aparición del mismo.
Salud cardiovascular es salud prostática. Si el colesterol y los triglicéridos se mantienen bajos, hay menor riesgo de contraer cáncer de próstata.
Bastan 150 minutos de ejercicio a la semana y comida saludable.
Hoy entre sus conocidos, don Luis es un embajador contra el cáncer de próstata. Cuando hablé con él para este reportaje, dijo que no le daba pena usar su nombre. Quiere que todos los hombres sepan de su caso y que se realicen exámenes a tiempo.
A sus 74 años, don Luis dice a sus amigos que los verdaderos machos se someten a las revisiones y tratamientos que los médicos indiquen. “¿Quieren vivir otro rato? Dejen la vergüenza y háganse la prueba”, les dice.
Si preservar su vida implica el tacto rectal, que así sea.