
El motín en el penal de Topo Chico, que dejó 49 muertos, debe ser investigado de manera “imparcial y exhaustiva”, pidió el lunes al gobierno mexicano Juan E. Méndez, relator especial sobre la tortura de la ONU.
Un encarnizado enfrentamiento con navajas y palos se registró el jueves en la madrugada en Topo Chico, una hacinada cárcel de Monterrey en la que se quemaron dos módulos del penal y que también dejó 12 heridos debido el enfrentamiento entre dos grupos encabezados por un par de líderes del cártel de Los Zetas que se disputaban el control del centro de reclusión.
“Exhorto a las autoridades mexicanas a garantizar el derecho de los familiares a saber la verdad acerca de lo acontecido”, dijo el relator en un comunicado de prensa, en el que pidió también la identificación pronta de las nueve personas fallecidas cuyos nombres aún se desconocen.
El día del motín, cientos de personas, la mayoría madres, esposas y hermanas de presos, se agolparon frente al penal para cerciorarse de que sus familiares estaban bien. Pero los familiares de varios de los presos muertos conocieron la noticia cuando, sin mediar trámite, las autoridades pegaron en una pared en la calle una lista con los nombres de 40 fallecidos, desencadenándose escenas de crisis nerviosas y desmayos.
Los trágicos hechos registrados en el estado gobernador por el independiente Jaime Rodríguez Calderón, llevaron a que el relator solicitara también dar una atención médica de calidad a los heridos.
“La investigación debe conducir también a la reparación de las víctimas y sus familiares, lo que incluye las garantías de no repetición de los hechos” y en una “mejora sustancial en las condiciones de detención del Penal de Topo Chico”, dijo el experto que en 2014 había visitado ese penal.
Juan E. Méndez constató que en la cárcel había un “autogobierno y situaciones de violencia”, así como “protección a detenidos” que podían derivar en situaciones de hacinamiento extremas, y reveló que las autoridades hallaron en Topo Chico lujosas celdas con sauna, aire acondicionado y cómodas camas.
Tras el motín, el más mortífero que se haya vivido en penales mexicanos en décadas, las autoridades detuvieron a la directora del penal y 230 presos fueron trasladados, entre ellos los dos líderes que ocasionaron la confrontación.
Con información de AFP.