El miércoles, el dictamen de
una corte federal en San Francisco dijo que Naruto el mono, por entonces un
macho de seis años en un bosque tropical volcánico de Indonesia, no puede ser
el propietario de los derechos de autor de las fotos, reporta The Guardian.
El caso comenzó el 22 de
septiembre de 2015, después de que la organización activista de derechos de los
animales Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) presentó una orden
ante la corte, diciendo que todas las ganancias de la selfie hilarante deberían
ser para el mono, así como cualesquiera otros macacos que viven en la reserva
en la isla oriental indonesia de Sulawesi.
El grupo presentó el caso,
citando la Ley de Derechos de Autor de EE UU, con base en que la propiedad de
los derechos de autor de una selfie se le otorga al autor de la fotografía,
dijo PETA en una publicación en su sitio en la red.
Pero el juez de distrito
William Orrick negó la solicitud del grupo el miércoles, diciendo que aun
cuando el gobierno de EE UU —el Congreso y el presidente de los Estados Unidos
de América— son capaces de ampliar las leyes de protección a los animales tanto
como a los humanos, no hay un indicio de que lo hicieran en la Ley de Derechos
de Autor, informa el periódico.
La historia en sí empieza mucho
antes en el verano de 2011, cuando Naruto y 25 de sus amigos monos le quitaron
su cámara al fotógrafo británico de vida silvestre David J. Slater. “Después de
un tiempo”, escribe Slater en su sitio en la red, “unos pocos monos valientes
empezaron a acercarse, y lentos pero con seguridad empezaron a prestarme más
atención”.
Slater había viajado
originalmente al bosque para tomar fotografías que hicieran pública la
personalidad de los monos amenazados en Sulawesi, anteriormente conocida como
Célebes. Tras poner la cámara en autodisparador, según describe Slater en una
publicación de 2011, un mono tomó su dedo para tomar unas cuantas fotos
borrosas del boque en verde y marrón.
Momentos después, Naruto, de
rápido aprendizaje, empezó a “presionar los botones y palpar las lentes”, y
poco después de ello las fotos se volvieron virales y comenzó la batalla por
los derechos. Las fotografías ahora han sido compartidas ampliamente en canales
mediáticos mundiales, como Wikipedia, los cuales insisten en que la fotografía
“entra en el dominio público” porque “no se puede otorgar derechos de autor a
autores no humanos”, se lee en el informe de transparencia de la Fundación
Wikimedia.
No obstante, Slater argumenta
que las fotografías pertenecen a su compañía, Wildlife Personalities Inc.,
reporta el periódico. En respuesta a la declaración de Orrick, Slater hizo una
publicación en Facebook el jueves. Él dijo: “La prensa insinúa que los derechos
de autor en el Reino Unido son diferentes de los derechos de autor en EE UU, cuando
no es así. Mis derechos de autor en el Reino Unido son un hecho y ello debería
mantenerse en EE UU”.
“Son los ladrones en sí, y solo
ellos (incluida la prensa), quienes crean la idea de que hay una especie de
laguna legal que les permite usar mis imágenes, a menudo citando a la Oficina
de Derechos de Autor de EE UU en su defensa de una infracción deliberada”,
publicó Slater.
Sin embargo, él no ha comentado
sobre Naruto y su parte en la situación. A menos que EE UU clarifique si sus
leyes de derecho de autor se extienden a los animales, las fotografías siguen
en el dominio público.
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Publicado en cooperación con Newsweek // Published in cooperation with Newsweek