Jacobo Zabludovsky, quien comenzara su carrera como locutor a los diesciséis años, es considerado uno de los hombres más influyentes en la historia del periodismo en México.
“Las velas encendidas, calor de hogar. Lo contrario de lo que uno imagina cuando piensa en un genio como el ‘Divino Dalí’. Vamos a buscarlo” comienza Jacobo Zabludovsky, en casa del marqués catalán; esto, en 1971, un año después de la salida el aire del noticiario que encabezaría Zabludovsky a lo largo de veintisiete años: 24 horas.
“Maestro, ¿Cuál es la fuente de su genio?”, preguntó al artista, quien contestó: “Yo creo que la fuente de mi genio es precisamente la estructura molecular del ácido desoxirribonucléico que encontraron Crick y Watson”. Ante esta referencia al ADN, el periodista únicamente atinó a responder con otra pregunta, “¿Usted lo toma o cómo es eso?”.
Cuando se hace mención de la conversación anterior, frecuentemente se comenta que fue de un Jacobo joven e inexperto quien hizo esa pregunta a Dalí, ya entrado en años. Es cierto que había una diferencia de veintisiete años entre ellos, pero Zabludovsky tenía ya cuarentaiún años en ese momento.
Quizá el momento más incómodo para el anchorman de Televisa en la famosa entrevista (min.17:05 del video al pie de nota) llega en el momento en que Dalí, con voz profunda y mirando a su interlocutor a los ojos, suelta:
“Resulta que las sociedades de consumo que utilizan medios informativos como el de ustedes, están muy poco al corriente de, incluso, el vocabulario científico básico; porque me ha sorprendido que cuando le he hablado del ácido desoxirribonucleico, parecía que le hablaba de la luna”, a lo que Zabludovsky respondió: “es cierto”.
En el ocaso de la entrevista, el presentador de noticias cuestionó, “Maestro, ¿qué cree usted que necesite primero un gran pintor, ser primero un dibujante?, ¿o no necesita ser dibujante?, ¿o es una base para ser pintor?”.
A lo anterior, el catalán espetó: “Eso no lo respondo porque está en los manuales de arte. Otra pregunta que sea un poco más inteligente y acabamos”, para este momento en la entrevista, el dibujante había recurrido a firmar numerosas litografías, labor en la que estaba aparentemente absorto.
Refiriéndose a la personalidad del surrealista catalán, el locutor George Orwell escribió en un ensayo publicado en 1944: “Uno debería ser capaz de conservar en la cabeza simultáneamente las ideas de que Dalí era al mismo tiempo un excelente dibujante y un irritante ser humano. La una no invalida, o efectivamente, no afecta a la otra”.
Esas palabras son algo que Zabludovsky pareció comprender al retirarse, cuando preguntó si el dibujante podía volver a darle la mano. Dalí, sin voltear a ver a su interlocutor, respondió: “Sólo el dedo pequeño, porque es la única manera legítima de continuar trabajando”.
La exposición fotográfica Dalí de Cadaqués, del fotógrafo amigo del dibujante, Robert P. Descharnes, estará en el lobby del Hotel Presidente en la Ciudad de México hasta el 2 de agosto.