Nadie puede poner en duda que el escritor estadounidense ha generado un fenómeno de masas literario difícilmente visto.
Mientras la mayoría de los niños corría al árbol de Navidad la mañana del 25 de diciembre para abrir, entre ansiosos e ilusionados, los regalos que Santa Claus les había dejado, Dan encontraba un trozo de papel con una pista. Seguirla lo llevaría a otro con una nueva clave y así sucesivamente hasta que su sagacidad le permitiera encontrar el tan ansiado presente.
Ni él mismo imaginaba que trasladar a la literatura ese juego impuesto por su padre lo convertiría en uno de los autores más exitosos del planeta. Sus novelas han sido traducidas a 52 idiomas, logrando ventas de hasta 200 millones de ejemplares, por lo que en 2005 fue incluido en la selecta lista de las 100 personas más poderosas del planeta, según la revista ‘Time’.
Dan Brown nació el 22 de junio de 1964. Era el mayor de los tres hijos del matrimonio formado por un profesor de matemáticas y una intérprete y compositora de música religiosa que tocaba el órgano en la iglesia local.
“He crecido entre la religión y la ciencia, entre Adán y Eva y la teoría de la evolución de Darwin. Preguntaba a mis padres sobre la evolución y Dios, y me decían que los niños buenos no hacen esas preguntas, pero sigo haciéndolas. Mi religión es un trabajo intelectual sin acabar. La mejor ciencia plantea las mejores preguntas religiosas e intelectuales”, comentó durante la presentación de su más reciente novela, ‘Inferno’.
Richard G. Brown, su padre, es un prominente matemático que escribió uno de los libros de texto más consultados, ‘Matemáticas avanzadas: álgebra con matemáticas discretas y análisis informático’, publicado en 1991.
Fue profesor de la Academia Phillips de Exeter, del Instituto Newton de Enseñanza Media en Massachusetts, de las universidades de New Hampshire y de Arizona, así como de la Escuela de Ciencias y Matemáticas de Carolina del Norte.
Declinó una oferta de trabajo en la Agencia Nacional de Seguridad, y en 1989 recibió la Condecoración a la Excelencia en la Enseñanza de Ciencias y Matemáticas de parte del presidente George Bush padre.
Dan estudió Literatura en la Universidad de Amherst y en la Academia Phillips de Exeter; sin embargo, decidió seguir el camino de su madre y comenzó una carrera musical. De hecho, grabó un primer disco para niños que reproducía los sonidos de los animales de la selva y, posteriormente, produjo otro más elaborado destinado al público adulto.
El joven se trasladó a Hollywood con la idea de convertirse en un músico profesional para el cine y se inscribió en la Academia Nacional de Compositores de Los Ángeles, donde conoció a la que sería su esposa, la pintora e historiadora de arte Blythe Newlon, por cierto, 12 años mayor que él.
Brown editó un tercer disco compuesto por baladas de amor que no tuvo éxito, por lo que optó por regresar a New Hampshire para trabajar como profesor de Literatura Inglesa hasta que, en 1996, decidió dedicarse a la escritura.
Así nacieron sus novelas ‘La fortaleza digital’ (1996), ‘Ángeles y demonios’ (2000) y ‘La conspiración’ (2001), que tienen un denominador común: el debate entre la ciencia y la religión, temas de conversación de sus progenitores, así como la afición por los códigos secretos que le inculcó su padre.
‘La fortaleza digital’ es una novela de intriga en la que la tecnología juega un papel fundamental. Anticipándose varias décadas al espionaje masivo denunciado por Edward Snowden, Brown se preguntaba hasta qué punto la seguridad nacional y la amenaza del terrorismo justifican las intromisiones en la privacidad del individuo.
La protagonista es una criptógrafa que, curiosamente, trabajaba en la Agencia de Seguridad Nacional —la misma del escándalo desatado por Snowden—, que debe viajar a Sevilla para seguir la pista de un código indescifrable.
Sin embargo, su éxito vendría de la mano de un personaje: un profesor de Iconología y Simbología Religiosa en la Universidad de Harvard, Robert Langdon.
La teoría de la conspiración
El profesor Robert Langdon y la científica Vittoria Vetra se deberán enfrentan a una peligrosa secta, los Illuminati, que tiene en su poder el arma más mortífera de la humanidad, la antimateria, con la que pretenden destruir a la Iglesia católica desde su sede misma: El Vaticano.
Esa es la trama de ‘Ángeles y demonios’, novela publicada en el año 2000 y en la que por primera vez aparece Langdon. El texto pasó sin pena ni gloria; sin embargo, tres años después, ‘El código Da Vinci’ lo catapultó como uno de los escritores más leídos en todo el mundo.
En esta ocasión, Langdon tendrá que resolver el asesinato de Jacques Saunière, ejecutado en el Museo del Louvre de París. Para eso contará con la colaboración de la agente francesa Sophie Neveu, nieta del occiso.
El desciframiento de varios acertijos y anagramas los llevará a la posible ubicación del Santo Grial, aunque antes deberán enfrentar a una sociedad secreta llamada El Priorato de Sion, a los Caballeros Templarios y al Opus Dei.
El libro generó una controversia mundial al “evidenciar” que la Iglesia católica fraguó una mentira sostenida durante los últimos 2000 años: ocultó la verdadera historia de Jesucristo, quien se habría casado con María Magdalena, habría tenido un hijo, y que esta línea sanguínea sobrevive hasta nuestros días.
El debate fue tal que la Santa Sede designó al obispo de Génova, Tarcisio Bertone, para desmentir las “mentiras, distorsiones y errores” contenidas en la novela y consideró que su único objetivo era desacreditar a la Iglesia mediante “falsificaciones absurdas y vulgares”.
A estas acusaciones se sumaron varias demandas de plagio interpuestas por Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln, autores del libro ‘Holy Blood, Holy Grail’, traducido al español como ‘El enigma sagrado’, donde ya se hacía referencia a esa conspiración.
Por si fuera poco, la crítica denunció “la impericia literaria” con la que fue escrita ‘El código…’, además de que señaló los “múltiples errores históricos, geográficos, religiosos y artísticos” que contiene. Incluso, el reconocido Umberto Eco lo acusó de ser “un agitador que difunde noticias falsas, que se enriquece con material descartado”.
Brown ha tomado con filosofía las descalificaciones. “’El código Da Vinci’ sigue la teoría de que la idea que tenemos de nuestro mundo no es exacta. Me alegro de que haya historiadores con visiones distintas respecto a la mía porque eso permite establecer un diálogo”.
Sostiene que no le interesa la crítica literaria (“por cada crítica tengo 10 lectores”) y asegura que lo que realmente le importa es sembrar dudas. “El espíritu humano quiere creer que hay una razón para todo. La teoría de la conspiración es una necesidad biológica del hombre”.
Lejos de que esta “publicidad negativa” surtiera efecto, la versión cinematográfica estrenada en 2006, dirigida por Ron Howard y protagonizada por Tom Hanks y Audrey Tautou, se convirtió en un éxito de taquilla, lo que permitió filmar la precuela, ‘Ángeles y demonios’, tres años después.
Los extraños métodos de inspiración
Las aventuras de Robert Langdon continuaron en dos libros más: ‘El símbolo perdido’ (2009) e ‘Inferno’ (2013), que no corrieron con la misma suerte de ‘El código…’, aunque demostraron que hay un grupo de lectores que le es fiel.
Y aunque la crítica lo volvió a destrozar, especialmente con la última novela (“Este es su peor libro… su ambición supera ampliamente su capacidad”, escribió Jake Kerridge para el ‘Daily Telegraph’), Dan Brown sigue sin inmutarse. De hecho, ya se trabaja en el guion de la película que se estrenará el 18 de diciembre de 2015, nuevamente bajo la dupla Howard-Hanks.
Mientras tanto, sigue levantándose a las 04:00 de la madrugada para colgarse de los pies e irrigar su cerebro en busca de nuevas historias. Además, un reloj de arena sobre su escritorio le marca cada hora que es tiempo de parar y realizar movimientos.
Quizás nunca figure entre los escritores que han hecho una aportación significativa a la literatura, pero nadie puede poner en duda que ha generado un fenómeno de masas literario, difícilmente visto. Por todo esto, deseo a Dan Brown feliz medio siglo de vida y que sigan muchos más llenos de tramas con intrigas escondidas en criptex… Que vivan los libros.
Hannia Novell es periodista y conductora del noticiario de la televisión mexicana Proyecto 40. Twitter: @HanniaNovell