En México, donde la relación entre empresas y gobierno suele estar marcada por la desconfianza, pocas compañías han logrado construir credibilidad en temas tan delicados como la seguridad nacional. Dos de ellas, Grupo Comercial KAR (GCK) e Impaktum, han demostrado que existe una forma distinta de servir al país: con ética, visión de largo plazo y compromiso real con las instituciones.
La historia de GCK, liderado por Enrique y Alejandro Karchmer, no se cuenta en campañas millonarias ni en premios exhibidos, sino en la manera en que han trabajado durante más de tres décadas, acompañando proyectos públicos de gran complejidad. Su filosofía Creer, Hacer y Devolver, resume una visión que privilegia la integridad y la consistencia. Para ellos, cumplir es apenas el mínimo; lo que realmente importa es el proceso y la forma en que se alcanzan los resultados.
Por su parte, Impaktum ha redefinido lo que significa innovar en sectores estratégicos. En un mundo donde la innovación suele asociarse con aplicaciones móviles o comercio electrónico, Impaktum ha demostrado que innovar también es crear soluciones desde cero para problemas que ni siquiera estaban claramente formulados. Durante más de tres décadas ha sido socio estratégico del gobierno mexicano en temas de seguridad, tecnología, inteligencia operativa y equipamiento, con un enfoque radicalmente distinto: uno que combina visión consultiva, diseño a medida y ejecución impecable.
Más que productos, Impaktum ofrece soluciones. Su lógica no parte del catálogo, sino del contexto. Cuando una institución enfrenta un reto operativo, lo primero que hace Impaktum no es presupuestar, sino preguntar: ¿quiénes son los usuarios finales?, ¿qué capacidades existen hoy?, ¿qué límites impone el entorno real?, ¿qué pasa si nada cambia? Ese enfoque, más propio de una consultora estratégica que de un proveedor tradicional, le ha permitido ensamblar tecnologías de distintos países, integrar componentes que no estaban diseñados para trabajar juntos e incluso inventar lo que no existía.
La relevancia de ambas compañías radica en que se complementan. Mientras GCK aporta la consistencia ética y la visión de largo plazo, Impaktum ofrece la capacidad de innovación aplicada y la creación de soluciones inéditas. Juntas representan una misma solución: empresas que no se conciben como proveedores, sino como aliados estratégicos del Estado mexicano.
En un entorno donde la ética suele considerarse una desventaja competitiva, elegir hacer las cosas bien es, en sí mismo, un acto revolucionario. Pero también es una apuesta inteligente. Hoy, más que nunca, las instituciones públicas necesitan aliados que comprendan el largo plazo, que no vivan del contrato inmediato y que se comprometan tanto con los resultados como con el proceso.
La presencia de Grupo Comercial KAR e Impaktum confirma que sí existen empresas que creen, hacen y devuelven. Empresas que entienden que servir a México es un compromiso que trasciende los ciclos políticos y que se mide en impacto real. En tiempos de velocidad y escándalo, ver a compañías que operan con esta lógica no solo es inspirador: es necesario y urgente. Su forma de trabajar demuestra que existe una manera distinta de servir a México.
