
En México, más del 70 % de los perros no tienen un hogar, una realidad alarmante que afecta a aproximadamente 16 millones de canes en todo el país. La mayoría de estos animales vive en situación de calle, en condiciones precarias y sin acceso a atención veterinaria. En este contexto, promover la adopción de perros sin raza definida y fomentar la tenencia responsable se vuelve una prioridad urgente para mejorar su calidad de vida y la de las comunidades.
Conocidos comúnmente como “perros mestizos” o “de raza única”, estos animales muchas veces han nacido en la calle o han sido abandonados. Pese a los desafíos que enfrentan desde temprana edad, demuestran una gran capacidad de adaptación y una fidelidad inquebrantable hacia quienes les ofrecen una segunda oportunidad.
“Adoptar un perro de raza única no solo cambia su vida, también transforma la de quienes lo reciben”, afirma Alejandro Sánchez, Médico Veterinario y Gerente Técnico de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal México. “Pero también implica una gran responsabilidad: hay que garantizar su bienestar mediante visitas regulares al veterinario, vacunación y desparasitación adecuada”.
En el marco del Día Mundial del Perro sin Raza, que se celebra el 28 de mayo, MSD Salud Animal México comparte cinco razones clave para adoptar un perro de raza única y cómo asegurar su bienestar:
Adoptar no es solo un acto de compasión, sino un compromiso con el cuidado integral del animal. Esto implica:
Visitas veterinarias periódicas
Esquemas de vacunación completos
Desparasitación interna y externa
Alimentación balanceada
Un entorno seguro y afectivo
Cada perro mestizo posee una combinación exclusiva de rasgos físicos y temperamentales. Su diversidad genética les da un carácter especial: no hay dos iguales. Adoptar uno significa abrirle la puerta a un compañero inigualable.
Los perros sin raza definida suelen integrarse con facilidad a distintos entornos y estilos de vida. Su flexibilidad y capacidad de adaptación los convierte en compañeros ideales para familias, parejas o personas solas.
Adoptar es un acto de responsabilidad social. Al darle un hogar a un perro sin familia, contribuyes a reducir la sobrepoblación en albergues y refugios, y promueves la adopción frente a la compra de animales.
Muchos de estos perros han vivido experiencias difíciles. Al ser adoptados, desarrollan vínculos profundos y duraderos con sus nuevos tutores, mostrando una lealtad que nace de la gratitud.
El cuidado veterinario es esencial para cualquier mascota. La vacunación protege contra enfermedades como la rabia, el parvovirus canino y el moquillo, mientras que la desparasitación previene afecciones causadas por parásitos internos y externos.
“El uso de tratamientos innovadores, como los desparasitantes de larga duración, puede proteger a los perros hasta por un año contra pulgas y garrapatas”, destaca Sánchez. “Esto no solo protege a la mascota, sino también a la familia humana, al evitar la transmisión de enfermedades zoonóticas”.
Adoptar un perro requiere llevarlo al veterinario desde el primer día para una revisión general. Mantener actualizado su calendario de vacunación y desparasitación es fundamental para su bienestar físico y emocional.
En un país donde millones de animales aún esperan una oportunidad, la adopción de perros sin raza no solo cambia su destino, también puede enriquecer profundamente la vida de quienes deciden darles un hogar. N