El anuncio del Gobierno Federal sobre un aumento del 12% al salario mínimo para 2026 ha generado reacciones mixtas en el sector empresarial de Durango. El ajuste, que llevaría el ingreso mensual mínimo a 9,497.79 pesos en la mayor parte del país y a 14,303.91 pesos en la zona fronteriza, forma parte de la política de continuidad anunciada por la presidenta Claudia Sheinbaum para fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores.
Sin embargo, en el contexto local, empresarios han expresado inquietudes. Raúl Montelongo Nevárez, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Durango, consideró que, si bien se reconoce la necesidad de dignificar el salario, el nuevo ajuste podría representar un desafío importante, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas, que conforman la mayoría del tejido económico en el estado.
“Muchas empresas han tenido que reestructurar sus finanzas, y un nuevo ajuste de esta magnitud sería muy complicado”, declaró Montelongo.
El dirigente explicó que el sector privado local aún enfrenta un proceso de estabilización, tras los impactos generados por reformas laborales recientes y aumentos salariales consecutivos desde años anteriores. Añadió que cualquier modificación al salario mínimo debería considerar las condiciones económicas específicas de cada región, así como abrir espacios de diálogo con el sector productivo.
Desde 2019, México ha sostenido una política de incremento progresivo del salario mínimo, impulsada como estrategia para combatir la desigualdad y mejorar las condiciones laborales. No obstante, voces como la del CCE local alertan sobre el riesgo de que un incremento sin mecanismos regionales de ajuste afecte la viabilidad de negocios y la generación de empleo, sobre todo en economías estatales aún en recuperación.
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