El tráfico de buches de totoaba, un pez en peligro de extinción, es nuevamente motivo de detenciones y decomisos en Baja California.
Este fin de semana, autoridades federales identificaron 87 vejigas natatorias que estaban ocultas en las puertas traseras de un vehículo con placas del estado.
En este, viajaban tres adultos que fueron puestos a disposición de la Procuraduría Federal de la República (PGR), y dos menores de edad.
El hallazgo ocurrió durante una revisión por la carretera federal Tijuana-Ensenada, donde elementos de la Policía Federal encontraron 32 bolsas de plástico que contenían los buches.
Esa parte del animal, es la que sirve para que el pez controle la profundidad en la que quiere nadar.
Tal como se mencionó en el reportaje: “¿Puede la pesca legal salvar a la totoaba?” de la edición número 33 de Newsweek en Español Baja California, cada buche puede venderse hasta 50 mil dólares en el mercado negro en China.
La ruta para su tráfico suele ser desde esta península hacia Estados Unidos, con destino a países asiáticos, donde está la demanda.
Los asiáticos lo compran a ese precio porque piensan que al consumirlo, pueden adquirir la longevidad y fecundidad del pez.
Desde 2015, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha capacitado a más de 2 mil 500 elementos de la policía federal, Semar, Sedena, y SAT-Aduanas, para que aprendan a identificar el aspecto de estos buches y partes de otros animales que están protegidos por la NOM-059-SEMARNAT-2010.
Aunque la totoaba se considera oficialmente en peligro de extinción, representantes del gobierno federal, como Inapesca y Semarnat, aseguran que la totoaba ya no peligra y abogan para desregularla, con el fin de abrir su pesca y comercio internacional.
Argumentan que de esta manera, podrán combatir la pesca ilegal, ofrecer fuentes de ingreso a pescadores del Alto Golfo de California, y salvar a la vaquita marina, una especie que según oficiales, muere al quedar atrapada en las redes de quienes pescan para obtener totoaba y vender su buche.