Se conoce como incontinencia urinaria a la pérdida involuntaria de orina, la cual afecta al doble de mujeres respecto a los hombres. A pesar de su prevalencia no suele consultarse con un especialista, y quienes sí lo hacen en promedio tardan tres años para buscar ayuda debido a la falta de información y al temor de recibir comentarios negativos.
Se estima que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres presentan incontinencia urinaria, por lo que es más común de lo que se piensa. Según la Oficina para la Salud de la Mujer, el embarazo, el parto y la menopausia podrían aumentar las probabilidades de este padecimiento.
Sin embargo, solo 25 por ciento de las mujeres afectadas buscan atención, detalla la doctora Mari Mar Álvarez, cirujana plástica y miembro de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética. De ese reducido porcentaje, menos de la mitad de las pacientes recibe tratamiento.
La incontinencia no tratada suele asociarse con caídas y fracturas, trastornos del sueño, depresión e infecciones del tracto urinario. Ello, aunado al tabú que rodea el padecimiento, complica la búsqueda de ayuda.
Los dos tipos más comunes de incontinencia que afectan a las mujeres son la incontinencia de esfuerzo y la incontinencia de urgencia, que también se conoce como vejiga hiperactiva.
Nallely Silva, fisioterapeuta del Centro Sacre, detalla que “la incontinencia urinaria de esfuerzo se da por la debilidad de las estructuras que sostienen la uretra. Cuando está en etapas iniciales, es decir, en grado I, se puede revertir 100 por ciento fortaleciendo estas estructuras de soporte a través de la rehabilitación del piso pélvico”.
REHABILITACIÓN, EJERCICIOS Y TERAPIAS COMO UNA ALTERNATIVA
La especialista detalla que la incontinencia urinaria de esfuerzo también se puede mejorar a través de la terapia de ondas electromagnéticas con el uso de láser.
Además, tanto la incontinencia de grado I como de grado II puede mejorar sobremanera con la rehabilitación fisioterapéutica en consultorio, en la cual se usa electroestimulación, biofeedback, ejercicios guiados y conciencia de la musculatura abdominal profunda y del suelo pélvico.
La doctora Mari Mar Álvarez, creadora de Nova House, un centro integral para el bienestar sexual de la mujer en México, comenta que es habitual que los pacientes desconozcan que la incontinencia puede ser tratada de forma no quirúrgica, por eso es importante difundir que los tratamientos alternativos a la cirugía no son dolorosos y por lo general duran mínimo cuatro semanas con una o dos sesiones a la semana.
Concienciar sobre la incontinencia urinaria y abrir la conversación son claves para que los pacientes tomen las medidas de cuidado y protección acorde con sus necesidades. Las principales recomendaciones son consultar a un especialista; rehabilitar el suelo pélvico con ejercicio; comer fibra, frutas, verduras y cereales y contar con productos adecuados para la incontinencia urinaria.
Álvarez identifica el asociar la incontinencia con la falta de control, la inmadurez en los niños y la gente mayor como parte de los estigmas que frenan la posibilidad de tratamiento temprano en muchas mujeres.
INCONTINENCIA URINARIA EN LOS CENTROS DE TRABAJO
Por otra parte, según un estudio realizado por TENA, aproximadamente 26.6 por ciento de los trabajadores de oficina en México viven con incontinencia, por lo que es indispensable abordar el tema también en el entorno laboral y promover soluciones que permitan a los pacientes sentirse cómodos y desenvolverse con confianza y seguridad.
En el caso de las mujeres que padecen incontinencia, pueden sufrir de aislamiento y pérdida de autoestima. Según la especialista, esto ocurre porque “las mujeres solemos acostumbrarnos al dolor, a la incomodidad y muchas veces dejamos nuestro cuidado en último lugar por cuidar de nuestra familia”.
Por último, Álvarez insiste en la importancia de que los pacientes hablen y no esperen a consultar, pues la incontinencia de orina no se cura sola. Como cualquier otra patología, necesita un buen diagnóstico y tratamiento. N