El cambio de paradigmas en la educación ha dado como resultado que el aprendizaje se convierta en una serie de vivencias para el alumno donde existe la diversidad e intercambio de ideas mientras el docente otorga una guía basada en su experiencia.
Para el trabajo y la resolución de problemas en equipo se necesita de un enfoque interdisciplinario de aprendizaje colaborativo que, aunque suena sencillo, requiere de elementos importantes que aseguren que todas las partes se dirijan a un objetivo común.
En lo laboral, 75 por ciento de los empleadores reconocen que el trabajo en equipo es de alta importancia; los colaboradores son conscientes de ello, ya que 50 por ciento reportó ser más efectivo al completar tareas cuando existe la participación de todos.
Dinámicas donde se valora el conjunto de habilidades interpersonales se caracterizan por reconocer el bienestar, la adaptabilidad y seguridad psicológica de cada miembro del equipo; cuando las personas muestran su autenticidad e individualidad tienen mayor probabilidad de alcanzar el éxito.
En este sentido, podemos asegurar que en el momento en que en los sistemas educativos existe inclusión es más fácil eliminar barreras desde la academia y darle a cada ser humano la oportunidad de aprender y sobresalir por su talento y fortalezas.
Al actualizar los métodos de formación en equipo se ha rediseñado el enfoque hacia la inclusividad y diversidad donde hay mayor equilibrio y equidad entre las personas, lo que resulta en una mayor eficiencia para el aprendizaje e incentiva la constante búsqueda de información.
BIENVENIDA LA DIVERSIDAD DE IDEAS ENTRE TODAS LAS PERSONAS
Para trazar caminos cognitivos y lograr aproximarse al aprendizaje, la neuroeducación menciona que las vivencias y las emociones propias de las personas otorgan contexto y significado, por lo que se obtiene una mejor experiencia didáctica.
Hoy en día la integración fomenta una nueva cultura que potencializa el talento de grupos que antes se consideraban vulnerables, como es el caso de las mujeres. Por ello, la creación de comités de equidad y género en las universidades es indispensable, pues permite la participación del género femenino y promueve el respeto y confianza entre los actores involucrados.
A través de la coordinación de acciones como planes, programas y prácticas que promueven la no discriminación se atiende el desarrollo integral de quienes forman parte de los centros educativos, ya sea en lo administrativo, docente y estudiantil.
Unificar los criterios para institucionalizar la inclusión contribuye a erradicar la violencia de género y crea una comunidad más creativa y dispuesta a la diversidad de ideas innovadoras entre todas las personas.
Para eliminar la desigualdad de oportunidades en los entornos de trabajo se requiere de equidad; crear una cultura inclusiva y con perspectiva de género ayuda a las mujeres a participar de forma directa con sus compañeros desde la universidad. Solo así es posible enriquecer la práctica laboral en el mundo actual. N
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Gabriela Martínez Morales es rectora institucional de UNITEC. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.