Según el último censo, los hispanos representan el 19 por ciento de la población estadounidense, con un total de 62 millones viviendo en el país. Se proyecta que, en el año 2035, el porcentaje subirá 6 puntos para formar hasta un cuarto de la población norteamericana.
En un informe del 2020, LA Asociación de Colegios Médicos Estadounidenses (AAMC) recalcó dos tendencias que se observan en el campo médico: la escasez de doctores en el país, que podría empeorar en los próximos 15 años, y el porcentaje de médicos afroamericanos e hispanos que es aún extremadamente bajo comparado con el porcentaje que representan estas poblaciones minoritarias. Nuestros médicos no reflejan la diversidad del país. Más de dos de cada cinco doctores alcanzarán la edad suficiente para jubilarse en la próxima década. La AAMC proyecta que la nación enfrentará una escasez de hasta 139,000 médicos; pero la nueva generación de doctores sigue siendo muy similar a la anterior: no representa la diversidad de la población a la que sirve.
Muchos de los hispanos viviendo en los Estados Unidos tienen un nivel educativo limitado, trabajan como obreros, y cuentan con familias numerosas. La población hispana sigue siendo el grupo más grande sin seguro médico en el país, con acceso limitado a los servicios de salud.
Una forma de aumentar el acceso a los servicios de salud para este grupo es promoviendo políticas que aumenten la representación latina en la fuerza laboral médica. Desafortunadamente, existen barreras para incrementar esta diversidad. Los factores socioeconómicos hacen más difícil para los estudiantes de minoría racial tener las mismas oportunidades: El costo promedio de una carrera en una escuela de medicina pública supera los $240,000, y muchos graduados enfrentan una deuda estudiantil de seis cifras.
Desde el 2014, entre jóvenes hispanos de 25 a 29 años, solo el 15 por ciento tiene una licenciatura o un título superior, comparado con el 41 por ciento de americanos blancos de la misma edad (así como el 22 por ciento de afroamericanos y el 63 por ciento de asiáticos). Esta disparidad se debe, en parte, a que los hispanos tienen menos probabilidades de inscribirse en una universidad de cuatro años a tiempo completo y de asistir a una institución académicamente selectiva. Casi la mitad de los hispanos universitarios estudia en un colegio comunitario, en comparación con el 30 por ciento de los blancos no-hispanos y el 36 por ciento de los afroamericanos.
Con el propósito de aumentar la cantidad de médicos hispanos necesitamos brindar apoyo a los estudiantes desde el inicio de su trayectoria académica, y proporcionar servicios de tutoría a aquellos inscritos en programas de pre-medicina para que puedan completar los cursos requeridos. Según el Informe de la AAMC, durante el año escolar del 2018- 2019, solo el 6.2 por ciento de los estudiantes de medicina eran hispanos, y solo el 4 por ciento de todos los médicos de Estados Unidos, se autodeclararon hispanos.
Para igualar el terreno, la AAMC promueve un proceso de admisiones holístico que no considera únicamente los resultados de exámenes como el Medical College Admission Test (MCAT) y los promedios académicos, sino también las posibles aportaciones de cada individuo a su entorno de aprendizaje y a la fuerza laboral.
En el 2017 la Asociación Médica Nacional Hispana (NHMA) estableció, con el respaldo del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, el Programa de Becarios Universitarios en Salud (College Health Scholars Program), una iniciativa con la misión de apoyar a los hispanos interesados en carreras médicas, con el enfoque en tres áreas claves para asegurar el éxito de los estudiantes: preparación académica, desarrollo personal y financiamiento de la educación superior. A través de este programa, y sobre todo con la implementación de mentores, se ha logrado aumentar la confianza y la aptitud académica de los futuros doctores, superando barreras en educación, finanzas y otros factores. La participación de más de 2,000 estudiantes, principalmente universitarios de primer y segundo año, ha ratificado el éxito de esta iniciativa. La NHMA está actualmente buscando patrocinadores que puedan apoyar el programa.
Esfuerzos como esta iniciativa demuestran que para promover de manera efectiva un aumento en la diversidad cultural y racial en medicina, los líderes de las instituciones educativas deben de ir más allá de promesas y centrar sus esfuerzos en desarrollar entornos inclusivos y equitativos. Un deseo compartido de cambio, con la ayuda de un número creciente de recursos, permitirá que las escuelas de medicina y los centros académicos de salud evalúen su cultura institucional y mejoren su capacidad para la diversidad y la inclusión.
La pandemia del COVID-19 demostró una gran escasez de médicos en todas las comunidades, la cual ha movilizado iniciativas para promover más diversidad en este campo, desde el inicio de la educación médica, hasta residencias, investigación y posiciones académicas. La NHMA espera poder participar aún más en estos esfuerzos y crear, a través de asociaciones con instituciones de educación médica, oportunidades para los doctores del futuro.
La doctora Elena Rios ha dedicado su carrera a mejorar la salud de las comunidades latinas de los Estados Unidos. Después de graduarse de Stanford University y UCLA, fundó en 1994 la Asociación Médica Nacional Hispana (NHMA), con sede en Washington DC. Como presidenta de esta organización, la doctora Rios ha sido asesora en la Casa Blanca, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y otras agencias gubernamentales. Ha trabajado también con organizaciones del sector público y privado, abogando por diversos temas de política de salud relacionados con la comunidad hispana. La doctora Rios es, además, presidenta de la Fundación Nacional de Salud Hispana (National Hispanic Health Foundation) del NHMA, en donde dirige actividades educativas e investigativas. Profesora, investigadora y líder incansable, comparte con NEWSWEEK EN ESPAÑOL su reflexión sobre la necesidad de forjar en las aulas, el futuro de nuestra salud.