La bella y la bestia fue, en 1995, el primer musical de Broadway que llegó a México. Con esta producción de gran formato se iniciaron dos décadas y media de teatro musical.
Esos 25 años están conformados en total por 25 musicales de gran formato que incluyen 9,486 funciones con el trabajo de 971 actores, bailarines y cantantes. También se han visto involucrados 473 músicos y cerca de 2,000 técnicos y personal de apoyo.
Ha sido un total de casi 8,000 profesionales del teatro dedicados por entero a impulsar esta actividad de la mano de Ocesa.
La empresa de espectáculos ha traído a México grandes obras como Rent, El fantasma de la ópera, El hombre de la Mancha, Jesucristo Superestrella, Chicago, The Full Monty, Los miserables, José el soñador, Un violinista en el tejado, Bésame mucho, Hoy no me puedo levantar y Los productores.
Tras diez años de actividad y a petición del público, La bella y la bestia volvió a los escenarios. Después llegaron Dulce Caridad, Mamma mia!, La línea del coro (A Chorus Line) y Peter Pan.
¡SI NOS DEJAN!, MARY POPPINS, WICKED Y EL REY LEÓN
Siguió en la lista ¡Si nos dejan!, Mary Poppins, Wicked y El rey león. Dos clásicos del musical sucedieron estas exitosas producciones: primero Los miserables y, después, Chicago. Finalmente se presentó Aladdin, un espectacular musical.
“El reto más difícil la primera vez fue conformar un equipo porque aún no se tenía la experiencia en este tipo de producciones. Sin embargo, se logró y muchos de ellos todavía siguen con nosotros a lo largo de todos estos años y gracias a ellos se logra un cambio en teatro.
“La otra parte difícil fue convencer a los estadounidenses de que teníamos la capacidad y la experiencia para montar una obra de este tamaño y esta calidad porque se tenía un conocimiento previo en la vida teatral”, comenta en entrevista con Newsweek en Español Federico González Compeán, director internacional de la Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE).
Lo más importante en la industria del teatro es la confianza, añade González Compeán. “Cuando lo que haces es generar una puesta en escena se necesita confianza. No somos una fábrica de cosas tangibles, lo que producimos son situaciones intangibles que tocan el corazón.
“Por ello, que nos tuviesen confianza fue lo que provocó que trajéramos nuestro primer musical de Broadway a México. Hoy esto es un aprendizaje de vida”.
8 MILLONES DE ASISTENTES EN 25 AÑOS DE TEATRO
González Compeán comenta que el teatro que han producido ha ganado 8 millones de asistentes en los 25 años de carrera.
El también productor teatral explica que para él es imposible dejar de hacer teatro. “El día que te toca y disfrutas una obra tanto que se te olvida que estás sentado en una butaca y te metes dentro de la historia, en los efectos, en la música y las canciones, llega un sentimiento que no se quita nunca.
“Uno se contagia y se busca que se repita esa experiencia. Cuando se vuelve a lograr esta magia con otra obra es un impacto maravilloso. Es una experiencia única”.
Uno de los problemas a los que siempre se enfrentan en teatro es a las posibles fallas tecnológicas. Conforme la tecnología avanza se depende cada vez más de ella. Un problema técnico puede provocar que una función de pare hasta por cinco minutos.
“Se trata de tener preparación, anticipación, mantenimiento preventivo a todos los equipos porque cuando te pasa normalmente es porque no has hecho un trabajo previo. Las máquinas avisan. Para ello es muy importante las relaciones humanas. El trabajo en equipo de hasta ocho horas”.
Los premios en algunas ocasiones son reconocimientos enormes y otros no son más que un recordatorio de que se va por buen camino, señala el también director general de la Fórmula 1 GP.
“Desde luego que se agradece, pero tampoco estamos trabajando para ganar premios. Sin embargo, es bueno y gratificante que Ocesa Teatro tenga reconocimientos”.
Dentro de los momentos más importantes del teatro musical, recuerda el productor, se encuentra la puesta de El rey león,que vendió un millón 100,000 boletos.
“El principal reto ahora es que haya más productores, más creadores nacionales. Considero que todavía hay muchas historias por contarse no solo en México, sino en América Latina. Y que el público estaría dispuesto a ir a ver”, concluye el productor.