LAS AUTORIDADES británicas rechazaron dejar en libertad a Julian Assange, a la espera de que Estados Unidos apele la decisión de no extraditarlo, pese a que sus abogados aseguraron que el fundador de WikiLeaks no huiría a México, que le ofreció asilo.
Dos días después de su primera victoria judicial, cuando invocando el riesgo de suicidio la jueza londinense Vanessa Baraitser decidió no entregarlo a Estados Unidos, Assange vio frustrada su posibilidad de recuperar la libertad, de la que lleva privado más de ocho años.
“Hay razones para creer que si el señor Assange es puesto en libertad hoy no se presentará en la corte para hacer frente a los procedimientos de apelación”, afirmó la magistrada.
“Es una gran decepción”, reaccionó tras la vista la abogada sudafricana Stella Morris, compañera sentimental del australiano de 49 años, llamando “al departamento de Justicia (estadounidense) a retirar los cargos”.
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Por su parte, Kristinn Hrafnsson, editor jefe de WikiLeaks, pidió al presidente saliente Donald Trump y al electo Joe Biden que “consideren el perdón”.
Contra la liberación de Assange, la fiscalía aseguró que este dispone de “recursos” para huir y se refirió a la oferta de asilo hecha por México el lunes.
El abogado del australiano, Edward Fitzgerald, argumentó que se habían malinterpretado las palabras del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, cuya oferta se aplicaría solo
al final de todo el proceso y que en ningún caso abrió las puertas de su embajada en Londres.
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En 2012 Assange se refugió en la embajada de Ecuador en la capital británica vulnerando una libertad bajo fianza impuesta a la espera de examinar su extradición a Suecia, que lo reclamaba por violación, cargos que fueron abandonados desde entonces.
Allí vivió encerrado siete años hasta su detención por la policía británica en abril de 2019, cuando el presidente Lenín Moreno le retiró el apoyo que le había concedido su predecesor Rafael Correa.
Desde entonces, el australiano se encuentra recluido en la prisión londinense de alta seguridad de Belmarsh.
Estados Unidos, que quiere juzgarlo por espionaje a raíz de la publicación de unos 700,000 documentos militares y diplomáticos secretos, anunció que apelará la decisión británica de no extraditarlo. N