El virus que provoca la COVID-19 se ha encontrado en los tejidos oculares de personas que han muerto de esa enfermedad.
Al analizar muestras de tejidos de donadores fallecidos, un grupo de investigadores encontró que el virus está presente en el ojo mismo, no solo en las lágrimas, como lo habían identificado anteriormente varios científicos.
El estudio, que fue publicado en el sitio web de preimpresiones medRxiv, no ha sido revisado por un panel de expertos, por lo que sus conclusiones deben interpretarse con precaución. Sin embargo, los hallazgos podrían tener un impacto en la donación de tejido ocular, requerido por millones de personas en todo el mundo.
El grupo de investigadores encabezado por Onkar B. Sawant, del Centro de Investigación de la Visión y Banco de Ojos de Eversight, Ohio, analizó 132 conjuntos de tejido ocular proveniente de 33 donadores fallecidos tras ser rechazados por la Asociación de Bancos de Ojos de Estados Unidos (EBAA, por sus siglas en inglés) por haber dado positivo en una prueba de COVID-19. De todos ellos, se encontró que 10 donadores habían dado positivo de manera post mortem, por lo que las muestras de tejido se redujeron a 33.
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En los 20 ojos recuperados de los 10 donadores, los investigadores encontraron pruebas de la presencia del SARS-CoV-2, el coronavirus que provoca la COVID-19, en distintas partes del ojo. Entre ellas, los segmentos anterior y posterior de la córnea y el humor vítreo, que es el fluido de consistencia gelatinosa que llena todo el interior del ojo. También encontraron proteínas de las espigas y de la envoltura del SARS-CoV-2 en el epitelio de las córneas.
El equipo afirma que el estudio muestra “una pequeña pero notable prevalencia del SARS-CoV-2 en el tejido ocular de donadores con COVID-19”. Los científicos afirman que los resultados muestran lo importante que es apegarse a los lineamientos de selección de donadores, así como la realización de pruebas post mortem y los protocolos de desinfección para garantizar que los tejidos que alojen al SARS-CoV-2 no se utilicen en trasplantes.
Sawant declaró a Newsweek que en informes anteriores se había demostrado que el virus podría estar presente en las lágrimas de los pacientes con COVID-19 y que podría causar conjuntivitis, que afecta a la membrana que recubre la superficie frontal del ojo y la capa interna de los párpados.
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Señaló que tener acceso a tejido ocular post mortem significa que pudieron realizar investigaciones sobre la presencia del SARS-CoV-2 en el ojo. Los resultados más recientes forman parte de un estudio que actualmente está en marcha para lograr ese objetivo.
“Nuestro principal motivador es garantizar que el tejido sea seguro para nuestros cirujanos y sus pacientes”, dijo. “Nuestro motivador secundario es el que ha impulsado a toda la comunidad científica a realizar investigaciones alrededor del SARS-CoV-2: se trata de un virus nuevo y todos estamos ansiosos por aprender tanto como podamos acerca de él con el objetivo de salvar y proteger vidas”.
Sawant señaló que no se había realizado anteriormente ningún estudio sistemático sobre el virus en el ojo humano. “Es extremadamente importante determinar el riesgo para los oftalmólogos, para la donación de tejido ocular y para el trasplante de córneas, así como para los millones de personas de todo el mundo que necesitan trasplantes para recuperar la vista”, afirmó.
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Se desconoce si los tejidos infectados que se utilizan para realizar trasplantes podrían transferir el virus. Sawant señaló que se podrían requerir más investigaciones para descubrirlo, pero dijo que, en general, no se sabe que los virus respiratorios se transmitan a través de los trasplantes de células o tejidos humanos.
Los lineamientos actuales de la EBAA indican que las víctimas de COVID-19 no están calificadas como donadoras de tejido ocular para trasplantes de recuperación de la vista. Esto ha significado que la disponibilidad de tejidos provenientes de donadores haya estado más limitada desde el inicio de la pandemia, pero estos hallazgos, señala Sawant, han reforzado la importancia de estos lineamientos.
Denize Atan, Maestro Consultor de alto nivel en Oftalmología de la Universidad de Bristol, Reino Unido, que no participó en el estudio, declaró a Newsweek que los hallazgos confirman que el virus puede hallarse en los tejidos oculares. Si bien ello no determina si los tejidos podrían transmitir la infección, “destaca el factor de que las capas superficiales del ojo (conjuntiva, córnea y esclerótica), así como las lágrimas, son una posible vía para la transmisión del virus”.
“También es posible que [el] virus pueda transmitirse desde uno de los tejidos del interior del ojo”.
Sawant, Director de Investigación de Eversight, reiteró que su investigación se encontraba en las primeras etapas, que no había sido revisada por pares y que aún estaba en marcha. Sin embargo, señaló que, si bien la ciencia que rodea al coronavirus evoluciona constantemente, los hallazgos más recientes coinciden con las investigaciones realizadas por otros equipos.
“La ciencia que rodea al SARS-CoV-2 evoluciona constantemente, y nosotros revisamos continuamente los hallazgos científicos realizados por otros investigadores”.
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Publicada en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek