La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y el gobierno de Irán han pactado el acceso de inspectores a dos instalaciones iraníes para descartar que puedan haber albergado actividad nuclear prohibida, en un gesto de acercamiento con el que aspiran a avanzar en la “confianza mutua” tras meses de tensiones.
El organismo internacional había endurecido su presión sobre Teherán tras el reiterado rechazo al acceso de expertos en instalaciones situadas en la provincia de Isfahan y cerca de la capital. La junta de gobernadores de la AIEA adoptó en junio su primera resolución crítica con Irán desde la firma del acuerdo nuclear en 2015.
El director de la AIEA, Rafael Grossi, realizó el martes una visita oficial a Teherán de la que ha salido el compromiso iraní de facilitar “voluntariamente” el acceso a las dos instalaciones y, además, las “actividades de verificación” para descartar trabajos prohibidos.
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Grossi y el jefe de la agencia atómica iraní, Ali Akbar Salehi, han confirmado este acuerdo en un comunicado conjunto en el que han explicado que las dos partes ya han acordado las fechas en que se llevarán a cano las visitas, posibles “después de intensas consultas bilaterales”.
“Las dos partes reconocen que la independencia, imparcialidad y profesionalidad de la AIEA sigue siendo esencial para el cumplimiento de las actividades de verificación”, reza la nota, a pesar de que Teherán ha acusado en estos últimos meses a la agencia de ceder a las presiones de potencias como Estados Unidos y de tener una agenda política.
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Las autoridades iraníes accedieron a las inspecciones dentro del acuerdo nuclear pactado en 2015, que abrió la puerta a un levantamiento progresivo de las sanciones internacionales a cambio de un mayor control de la actividad industrial en la República Islámica, con el objetivo de descartar fines militares.
Dicho acuerdo se tambalea desde 2018, cuando Estados Unidos decidió desvincularse de los compromisos adquiridos. Irán ha aumentado desde entonces su actividad nuclear, sin que las potencias europeas firmantes del pacto hayan sido capaces de articular un texto alternativo que evite una posible escalada definitiva.