La Cámara de Diputados de Bolivia aprobó este miércoles un Proyecto de Ley para el uso de consentido del dióxido de cloro como tratamiento contra el nuevo coronavirus.
El Proyecto de Ley regula la elaboración, comercialización, suministro, administración y uso consentido de la solución de dióxido de cloro, un tratamiento que no cuenta con sustento científico.
La Cámara informó su decisión en un comunicado donde detalló que los laboratorios públicos y privados, acreditados y autorizados por el órgano rector competente, podrán elaborar la solución de dióxido de cloro, debiendo cumplir con las condiciones de calidad e incluir al producto final prospectos que acrediten la composición, dosificación, precauciones y cuidados a la hora de consumir este compuesto.
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En su artículo 7 detalla que “las y los ciudadanos, estantes y habitantes del territorio boliviano, podrán utilizar la Solución de Dióxido de Cloro, como medio alternativo, para prevenir o tratar la infección y las consecuencias provocadas por el Coronavirus (COVID-19)”.
Sin embargo, en junio pasado, la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud (AGEMED), dependiente del Ministerio de Salud de Bolivia, advirtió sobre los riesgos que implica el uso del Dióxido de Cloro como tratamiento contra el COVID-19.
“El Clorito de Sodio o Dióxido de Cloro, producto denominado como ‘Solución Mineral Milagrosa’, no corresponde a un medicamento y no cuenta con registro sanitario otorgado por AGEMED que respalde su seguridad, calidad y eficacia para sanar el COVID-19”, además catalogaba como ilegal su elaboración, importación, distribución y comercialización.
Ahora, con la aprobación de los diputados y la Cámara de Senadores, realizada en en julio, pasará al Poder Ejecutivo para su promulgación por parte de la presidenta interina Jeanine Áñez.
¿Qué es el dióxido de cloro?
El dióxido de cloro es una sustancia que se utiliza para desinfectar los suministros de agua potable, blanqueador de telas y papeles, pero en el mercado es también conocido como “Suplemento Mineral Milagroso” (MMS) y es promocionado como un remedio para muchas afecciones y enfermedades como el cáncer, el autismo, el VIH, la hepatitis, entre otras.
Sin embargo, esta sustancia no es reconocida por ninguna institución de salud, desde abril la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) reiteró que no hay “ninguna evidencia científica que apoye su seguridad o eficacia”. Agregó además que su consumo “presenta riesgos considerables a la salud de los pacientes”.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) también recomendó no utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19, ni en ningún otro caso, “porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos”.
En México la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) señaló que “no cuenta con evidencia científica que determine el uso de dicho producto para el tratamiento de ninguna enfermedad”.
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Con información de El Sabueso de Animal Político