Medio millón de personas podrían fallecer en África subsahariana si el tratamiento de antirretrovirales contra el VIH se interrumpe por la pandemia de COVID-19, alerta este lunes la ONU.
Esa cifra se añadiría a los 470,000 decesos registrados en 2018, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Onusida.
Según un recuento realizado en 2018, alrededor de uno de cada 25 adultos está infectado con el VIH/sida. El continente alberga en total 25.7 millones de personas infectadas, y unos 16.4 millones de personas recibieron terapia antirretroviral (TAR) en 2018.
El retraso de los antirretrovirales podría ser de hasta seis meses, un suceso nunca percibido desde 2008, año en que 950,000 personas murieron por sida en la región, informa la misma organización.
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La preocupación es el efecto que tendría la interrupción de las campañas de prevención y, por otra parte, la falta de acceso a la atención y a los tratamientos médicos podrían borrar los progresos alcanzados en la prevención de la transmisión del VIH de madres a hijos.
LOGROS EN PELIGRO
A esto se suma el avance que se ha tenido en cuanto al número de niños infectados, ya que este ha disminuido en el 43 por ciento entre 2010 y 2018, pasando de 250,000 a 140,000.
De acuerdo con la ONU, “las infecciones infantiles podrían repuntar un 37 por ciento en Mozambique, en el 78 por ciento en Malaui y Zimbabue, y hasta 104 por ciento en Uganda”.
“Existe riesgo de que las victorias logradas en la lucha contra el sida sean sacrificadas durante el combate contra el COVID-19”, dijo la directora ejecutiva de Onusida, Winnie Byanyima, citada en una declaración conjunta con la OMS.
Onusida pide a los gobiernos “no flaquear en sus esfuerzos de prevención del VIH y garantizar que las poblaciones mantengan el acceso a los servicios necesarios para evitar infecciones, discriminación y violencia, pero también para poder disfrutar de la salud sexual y reproductiva y los derechos vinculados”.
La organización también informa que, a pesar del progreso logrado en la prevención del VIH a escala mundial, con un descenso de 40 por ciento en nuevas infecciones del virus desde el pico en 1997, los logros obtenidos con gran esfuerzo están en peligro de ser revertidos por la pandemia de COVID-19 que se extiende por todo el mundo.