La cifra de migrantes y refugiados que han fallecido en el Mediterráneo desde el año 2014 ha superado ya los 20,000 según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ha lamentado que dos terceras partes de estas víctimas “se han perdido en el mar sin dejar rastro”.
En concreto, según las estimaciones de la OIM, en estos últimos seis años han perecido al menos 20,014 migrantes cuando intentaban alcanzar de forma irregular las costas del sur de Europa.
El director del centro de análisis de datos de la OIM, Frank Laczko, ha subrayado que la “nefasta” cifra no hace sino “reforzar la posición de la OIM de que es necesario de forma urgente un despliegue mayor y más completo en el Mediterráneo”, donde las operaciones de rescate dependen básicamente de la labor de las ONG.
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Son estas mismas organizaciones las que dan cuenta en ocasiones de los “barcos fantasmas”, que desaparecen en el Mediterráneo con todos sus pasajeros a bordo.
El 9 de febrero, al menos 91 personas habrían perdido la vida tras el naufragio de una patera frente a las costas de una localidad cercana a Trípoli.
“Si eres de un país rico, se hacen esfuerzos para localizar e identificar tu cuerpo en caso de desaparición. Esto no se aplica si eres un migrante en el Mediterráneo”, ha criticado Laczko en un comunicado.
Las familias de estos desaparecidos “se encuentran en un limbo” que se puede prolongar durante años, “sin saber si su familiar esta vivo o muerto”, añadió.
En lo que va de año, más de 200 personas han perecido en el Mediterráneo, casi la mitad de ellas en la zona central, que conecta Libia con Italia. La tasa de mortalidad entre quienes emprenden estas peligrosas travesías ronda en estos primeros tres meses el 1 por ciento, según la OIM.