Estudiar, votar, divorciarse y trabajar son algunos derechos derechos que hemos obtenido gracias a la lucha feminista. Pero el acceso a nuestros derechos no es equitativo, y vivimos una creciente violencia de género. Las mujeres no son libres de decidir sobre su maternidad, no ganan un salario justo, continúan siendo violentadas, violadas y asesinadas.
Actualmente México enfrenta una ola de violencia de género que tiene a las mujeres sumidas en el miedo y el coraje. Solo en enero de este 2020, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registró 73 feminicidios.
En los primeros días de febrero, se sumaron los feminicidios de Ingrid, de 25 años, y el de Fátima, de 7 años, y se siguen sumando.
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Pero ¿por qué el asesinato de mujeres se cataloga como feminicidio?
Es feminicidio la muerte violenta de mujeres por razones de género, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM) lo define como la una “de las manifestaciones más graves de la discriminación”.
“La violencia contra las mujeres tiene su origen en la desigualdad de género, es decir, en la posición de subordinación, marginalidad y riesgo en el cual éstas se encuentran respecto de los hombres”.
La escritora venezolana Esther Pineda G. dice que la muerte por ser mujer significa que las mujeres son asesinadas por hombres que creen que las vidas de estas mujeres pueden ser tomadas y terminadas por ellos cuando lo deseen, porque creen que ellas son de su propiedad. Es decir, su motivación es siempre el sexismo y la misoginia, en un contexto de relaciones de poder, dependencia y desigualdad, donde los hombres matan a las mujeres porque quieren, pero sobre todo, porque pueden.
La tipificación del feminismo ha sido poco entendida, ya que en todo el país permea la violencia donde hombres también son asesinados todos los días, sin embargo, la doctora Amneris Chaparro del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM explica que los feminicidios son asesinatos ejemplares, que tiene que ver con una cadena de reacciones misóginas y sexistas en contra de las mujeres.
“No se trata de decir que un asesinato es peor que otro, el asesinato de hombres también es un fenómeno que se debe evaluar. Sin embargo, el feminicidio se ejerce dentro de un entramado de relaciones de poder y dominación donde son los varones quienes la ejercen sobre las mujeres”, dice en entrevista con Newsweek México.
El feminicidio está tipificado en el artículo 325 del Código Penal Federal y considera siete circunstancias para que un asesinato ocurra por razones de género:
- La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo;
- A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia;
- Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima;
- Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza;
- Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima;
- La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida;
- El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.”
Amneris Chaparro cita a la autora Kate Manne, quien dice la que definición de misoginia como el odio a las mujeres no es la más adecuada para explicar este fenómeno.
Manne propone entender la misoginia como la “policía del patriarcado”, es decir, un sistema de vigilancia que está todo el tiempo revisando que las mujeres se comporten de cierta manera y castiga a las mujeres que no lo hacen, aquellas que hacen algo diferente al ideal de la feminidad que está asociado con la maternidad, el recato y la decencia.
Amneris explica que esta definición nos ayuda a entender de una manera más clara por qué el feminicidio es un asunto que compete directamente a las relaciones de género.
“Porque no solo es un crimen contra la mujer que es víctima, es un crimen que busca alertar a todas las demás: ‘si te portas mal esto es lo que te va a pasar’, de ahí también la saña con la que suceden los feminicidios, cuando se dejan los cuerpos en bolsas o expuestos en las calles”, explica.
Además señala que es uno de los crímenes ejemplares del patriarcado, cobijado en un país como México “de una cultura machista y de una cultura institucional que favorece la impunidad y favorece que no haya justicia porque las víctimas “se portaron mal”.
¿La cuarta ola?
El movimiento tiene tres siglos de existencia en los que ha tenido algunas victorias que la historia ha registrado como las olas del feminismo.
La primera ola nos remonta al siglo XVIII cuando un grupo de mujeres cuestiona la Ilustración y denuncia la falta de inclusión de las mujeres en los derechos.
Se exigía incluir a las mujeres en las prerrogativas universales que definieron este periodo como la razón, libertad, justicia e igualdad.
En el siglo XIX cuando las mujeres no tenían acceso a al divorcio, al voto, a la educación, a la herencia, por mencionar algunos, surgen grupos organizados de mujeres tanto intelectuales como trabajadoras, conocidas como sufragistas que buscarán la reivindicación política.
En el siglo XX el feminismo busca un cambio cultural, modificar la manera en que se entiende el cuerpo de la mujer en el imaginario social, cuestiona el orden de género y los derechos reproductivos, así surge la segunda ola.
Estas demandan también dieron origen la tercera ola que hace una diferenciación entre las feministas autónomas e institucionales.
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A pesar de esto el feminismo sigue sin ser bien recibido, es criticado, menospreciado y cuestionado.
Las reacciones negativas hacia los temas y la agenda feminista son reacciones hasta cierto punto esperados, explica Chaparro, históricamente cuando las mujeres avanzan, cuando hay cambios importantes, cuando hay demandas de justicia apremiantes siempre se van a encontrar con una reacción misógina.
“¿Qué hace la misoginia? Es un intento de regresar al status quo, es un intento de no cuestionar los privilegios, de ridiculizar a las mujeres y sus peticiones como algo tonto, como algo de feminazis”,dice.
Pero avanza y desde las denuncias en redes sociales como el #MeToo, #MiPrimerAcoso, hasta las protestas con diamantina rosa, pasando por el pañuelazo verde, el performance de “Un violador un tu camino”, hasta llegar al paro #UnDíaSinNosotras, México está viviendo acontecimientos inéditos del movimiento feminista.
¿Ya podemos hablar de que estamos frente a la cuarta ola?
Chaparro explica que ha habido varias interpretaciones del movimiento actual y hay quienes ya asumen que estamos frente a una nueva ola del feminismo, pero ella dice que se necesita la distancia que da la perspectiva histórica, lo que no impide reconocer estamos en un momento sin precedentes en la historia del país.
“Hay que pensar que este es un movimiento muy complejo, hay que pensar si las mujeres que están involucradas en el movimiento se definen como feministas. Hay muchos matices y muchos grupos con reclamos diferentes y también con posiciones políticas muy distintas”.
Para ella actualmente estamos viendo algo completamente nuevo y nombrarlo es muy difícil, pero asegura que la movilización encabezada y organizada por las mujeres es algo que no se había visto y que incluso otras generaciones de feministas no habían tenido los alcances mediáticos como sucede ahora.
“Lo que va a pasar independientemente de cómo nombramos este momento, es lo importante porque es un parte aguas. Hay un antes y un después de la manera que las movilizaciones están teniendo lugar, el poder de las convocatorias que es masivo e interpelan a mujeres de diversos sectores, eso le da una virtud a este movimiento que es efectivo en sí mismo”.
Para la académica que existan cambios sustantivos será una ganancia extra, explica que lograr que las empresas de la iniciativa privada que se han unido al paro comiencen a revisar sus políticas de contratación, sus brechas salariales, que inviertan para hacer políticas de igualdad, esas serán ganancias del paro del 9M.