Los obreros de una fábrica gigantesca de producción de iPhones en el centro de China serán puestos en cuarentena al menos una semana tras sus vacaciones para evitar la propagación del nuevo coronavirus, indicó el jueves el gigante taiwanés de la electrónica Foxconn, principal suministrador del grupo estadounidense Apple.
Foxconn había informado de que una de sus principales sedes de producción en China, en Zhengzhou, apodada “ciudad iPhone”, reanudaría sus actividades del día 10 de febrero, después de unas vacaciones por el Año nuevo chino que se vieron prolongadas por la epidemia.
El jueves, el grupo anuncio que sus obreros, sea cual sea su región de origen, serán sometidos a una cuarentena de entre una y dos semanas en cuanto regresen de sus vacaciones.
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No se sabe cuántos trabajadores se verán afectados por esta medida. Foxconn es el mayor contratador privado de mano de obra en China. Cuenta con una plantilla de un millón de personas que trabajan en 30 fábricas repartidas en todo el país.
Las autoridades chinas instaron a todas las compañías a permanecer cerradas hasta el 9 de febrero para intentar evitar la propagación del nuevo coronavirus que ha dejado ya un saldo de 560 muertos en todo el país.
Foxconn es el líder mundial en ensamblaje de aparatos electrónicos y muchas firmas dependen de él para fabricar productos como iPhones, televisores de pantalla plana u ordenadores portátiles.
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El grupo taiwanés se esfuerza en tranquilizar a sus clientes y asegura que la cadena de montaje no va a paralizarse. Sin embargo, Foxconn ya revisó a la baja su previsión de crecimiento de ventas para 2020. Del 3 al 5% previsto se pasó a un margen de entre 1 y 3%, según su presidente Young Liu, citado por la agencia Bloomberg.