El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, presentó el miércoles al presidente Vladimir Putin la renuncia de su gobierno, incluido su gabinete, un inesperado anuncio tras el discurso del jefe de Estado en el que propuso reformas constitucionales.
“Nosotros, como gobierno de la Federación de Rusia, tenemos que dar al presidente de nuestro país los medios de tomar todas las medidas que se imponen. Es por ello (…) que el gobierno en su composición actual presenta su dimisión”, dijo Medvedev, en unas declaraciones retransmitidas por la televisión.
El presidente agradeció a su primer ministro saliente y sus ministros, y les pidió que concluyeran los asuntos corrientes hasta el nombramiento de un nuevo equipo.
“Quiero agradeceros por todo lo que se ha hecho, expresar mi satisfacción por los resultados obtenidos (…) incluso si no se ha logrado todo”, dijo.
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Medvedev, muy cercano a Putin, explicó que dimitió tras la decisión de su mentor de aportar “cambios fundamentales en la Constitución” rusa, reformas que modifican, según él, “el equilibrio de los poderes” ejecutivo, legislativo y judicial.
Putin propuso el miércoles una serie de reformas de la Constitución para reforzar los poderes del Parlamento, aunque preservando el carácter presidencial del sistema político que dirige desde hace 20 años.
La principal medida anunciada tiende a reforzar el papel del parlamento en la formación del gobierno, dándole la prerrogativa de elegir al primer ministro que el presidente estará entonces obligado a designar. Actualmente, la Duma confirma la elección del jefe de Estado
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Según Putin, se trata de un cambio “significativo” para el que juzga bastante “madura” a Rusia. En estos momentos, las dos cámaras parlamentarias están dominadas por fuerzas pro-Putin y no se oponen nunca a la voluntad del Kremlin.
Las propuestas de reformas expuestas por Putin buscan también reformar los poderes de los gobernadores regionales, prohibir a los miembros del gobierno y a los jueces tener permisos de estadía en el extranjero y obligar a todo candidato a haber vivido los últimos 25 años en Rusia.
Sin embargo, Vladimir Putin, cuyo actual mandato termina en 2024 y que según la legislación actual no tiene derecho a postularse, subrayó que Rusia debía mantener como un sistema presidencial.
“Rusia debe permanecer como una república presidencial fuerte. Es por ello que el presidente, por supuesto, conservará el derecho de establecer las misiones y prioridades del gobierno”, advirtió.