Por: Joanna Chiu / AFP
Uno fue condenado a ocho años de cárcel, el otro, dispensado de la pena. La justicia china quiso dar “ejemplo” al condenar el martes a dos disidentes por “subversión”, aunque uno de ellos fue eximido de la prisión por declararse culpable.
Wu Gan, que se había negado a declararse culpable, fue condenado a ocho años de cárcel por un tribunal de la ciudad de Tianjin (norte) por intento de “subversión”, declaró a la AFP su abogado, Ge Yongxi, en el exterior del palacio de justicia, al que la prensa extranjera no tuvo acceso.
A 1,500 km más al sur, en Changsha (centro), el abogado Xie Yang, cuyo caso llamó la atención de varios países occidentales, también fue condenado por subversión, pero fue dispensado de la pena después de haber aceptado declararse culpable.
Wu Gan, detenido en mayo de 2015 cuando trabajaba en un gabinete de abogados de Pekín, se hace llamar “Carnicero súper vulgar”, después de haber defendido la causa de una mujer que mató a cuchilladas al hombre que la violó, un directivo del Partido Comunista Chino (PCC) en el poder.
Pero para uno de sus abogados, Yan Xin, las autoridades han querido sobre todo dar ejemplo.
“Esta claro que fue condenado de forma severa porque se negó a declararse culpable. Las autoridades usaron numerosos medios de presión” para intentar convencerlo, explicó Yan Xin a la AFP.
“Creo que la corte le impuso ocho años para convertirlo en un ejemplo y que los otros activistas digan que son culpables cuando están acusados de delitos contra el Estado”, aseguró.
Es la sentencia más severa contra disidentes en China desde junio de 2016, cuando dos miembros del Partido Democrático Chino, Lu Gengsong y Chen Shuqing, fueron condenados respectivamente a 11 y 10 años y medio de cárcel por el mismo motivo.
‘Arrepentimiento’
También es la condena más dura desde la celebración del Congreso del Partido Comunista Chino (PCC), durante el cual el presidente Xi pidió “defender la autoridad del partido y el sistema socialista chino y oponerse categóricamente a cualquier palabra o acción que los socaven”.
Wu Gan y Xie Yang fueron detenidos en 2015 en medio de una ola de detenciones a unos 200 abogados, juristas y militantes que se encargaban de casos delicados. La mayoría de ellos fueron puestos en libertad pero varios fueron encarcelados. Wu Gan, de 44 años, es ahora el que ha sido más duramente condenado dentro de este grupo de disidentes llamado “709”.
Xie Yang fue en cambio dispensado de su pena tras su “arrepentimiento” y porque sus “delitos” no causaron “daños graves” a la sociedad, según un video de la audiencia, difundido en la red social Weibo.
Después de haber estado incomunicado durante seis meses, Xie Yang, a través de sus abogados, acusó a la policía china de haberlo torturado, lo que desató las críticas de varios países occidentales a principios de año.
En mayo, en su juicio, calificado de farsa por las asociaciones de defensa de derechos humanos, Xie Yang se declaró culpable y retiró sus acusaciones. El martes, delante de la corte, pidió disculpas por haber inducido a la opinión al error “sobre esta cuestión de tortura”.
Su mujer y sus dos hijas abandonaron clandestinamente China a principios de año para instalarse en Estados Unidos.