Cientos de años de adelgazamiento podrían haber creado las condiciones perfectas para que los bancos de hielo colapsen en varias partes de la Península Antártica, que es una franja de tierra que conforma la parte más al norte del Continente Helado, mientras el cambio climático se arraiga en el planeta, de acuerdo con un reciente estudio.
Actualmente, la Península Antártica experimenta una grave pérdida de hielo, pero la identificación del momento en que comenzó este proceso y cuáles fueron los principales factores que lo impulsaron en épocas más remotas se oculta por el hecho de que los científicos solo cuentan con datos muy recientes.
Pero ahora, en un estudio publicado en la revista Scientific Reports, un equipo de científicos encabezado por William Dickens, de la Prospección Antártica Británica, reconstruyó un registro de 6,250 años de aguanieve en la Península Antártica para arrojar nuevas luces sobre los factores que provocaron la perdida de hielo en el pasado y sus implicaciones para la época actual.
Cómo lo hicieron
Para hacerlo, analizaron variantes de oxígeno (isótopos) de algas unicelulares, que fueron encontradas bien preservadas en sedimentos marinos de la punta noreste de la Península.
Estas algas funcionan como una especie de registro histórico de la descarga de aguanieve del glaciar, es decir, de la cantidad de agua liberada por los bancos de hielo e icebergs que se derriten. Esencialmente, un menor valor en los isótopos indica una mayor cantidad de aguanieve, lo que proporciona pistas sobre cuánto están adelgazando los bancos de hielo.
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Con el uso de este análisis, los científicos notaron que existe una tendencia creciente en la magnitud del derretimiento glacial, la cual inició después del año 1400 D.C. en el este de la Península Antártica.
Y para 1706, la descarga había alcanzado niveles sin precedentes en el nuevo registro de 6,250 años, de acuerdo con los investigadores. Además, después 1912, se produjo otra importante aceleración en el ritmo de descarga glacial.
Los datos muestran que estos incrementos se produjeron después de un largo período en el que la descarga glacial se mantuvo relativamente estable, el cual duró aproximadamente los primeros 5,000 años del nuevo registro de hielo.
Oscilación Antártica
Los científicos piensan que la aceleración del adelgazamiento de los bancos de hielo en el Este de la Península Antártica a partir del año 1400 podrían tener algo que ver con los cambios en un fenómeno meteorológico denominado Oscilación Antártica (OA), también conocido como Modo Anular del Sur (MAS).
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Esos términos hacen alusión a un cinturón de viento del Oeste que rodea a la Antártida y se mueve hacia el norte o hacia el sur, dominando las latitudes que van de la media a la alta del Hemisferio Sur, de acuerdo con la Oficina Australiana de Meteorología.
Los autores afirman que los cambios en la OA provocan vientos del Oeste más fuertes, al tiempo que aumentan el calentamiento atmosférico y el derretimiento de los bancos de hielo en el Este de la Península Antártica. También hacen que el agua cálida llegue al interior del Giro de Weddell, un sistema de corrientes rotatorias frente a la costa de la Antártida, lo que pudo haber producido un aumento en el derretimiento de la parte inferior de los bancos de hielo en el área estudiada.
Hallazgos recientes
Los hallazgos más recientes son importantes para comprender mejor la forma en que el calentamiento global producido por los seres humanos (antropogénico) influirá en los glaciares, señalan los autores.
“Una posible implicación de nuestros datos es que los bancos de hielo de esta región han estado adelgazando durante los últimos 300 años aproximadamente, lo que pudo haberlos predispuesto a colapsar con la intensificación del calentamiento antropogénico”, escribieron los autores del estudio.
“Si bien los índices y los factores que impulsan el calentamiento moderno están bien documentados, la interacción entre la OA y su impacto en la pérdida de masa de los bancos de hielo en la escala de cientos o miles de años no está bien comprendida”, escribieron los autores.
Conforme el planeta se calienta, la Antártida pierde masa a un ritmo cada vez mayor, lo que contribuye a elevar el nivel del mar en todo el mundo. La Península Antártica es una de las regiones más afectadas, ya que 87 por ciento de sus glaciares se están encogiendo y varios bancos de hielo ya han colapsado. De acuerdo con los científicos, si bien el calentamiento global es un factor importante, al menos una parte del aumento en el derretimiento se relaciona con los cambios en la OA.
“Esto ha producido un incremento en los vientos cálidos del oeste y un aumento en el derretimiento superficial en el lado Este de la Península Antártica, que se ha vinculado con el colapso del banco de hielo Larsen B”, escribieron los autores.
Recientemente, varios científicos han detectado cambios más frecuentes en la OA, que podrían ser el resultado de un aumento en los niveles de los gases de efecto invernadero o del agotamiento de la capa de ozono en el Hemisferio Sur. Combinados con el impacto del cambio climático, estos cambios frecuentes en la OA podrían provocar en el futuro una aceleración en la pérdida de hielo.
Lo más preocupante
“Ahora mismo, lo más preocupante es que este derretimiento acelerado ya ha provocado un deterioro en los bancos de hielo del lado este de la Península Antártica, que es más frío, y esto se acelerará aún más debido al cambio climático reciente y futuro. Al parecer, queda poca o ninguna capacidad para mantener el enfriamiento en esta parte de la Antártida”, declaró a Newsweek Gerhard Kuhn, del Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar y Marina, y uno de los autores del estudio.
Richard Aronson, especialista en Ciencias del Mar del Instituto de Tecnología de Florida, y que no participó en el estudio, afirmó que la mayoría de los cambios que vemos en el mundo natural ocurren por más de una razón.
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“En el lenguaje científico, le denominamos causalidad múltiple”, declaró a Newsweek. “Nuestra misión como científicos que estudian el cambio ambiental es averiguar cuáles son las aportaciones relativas de las distintas causas y su interacción con respecto a los patrones que observamos. Sabemos que la capa de hielo de la Antártida se adelgaza a un ritmo cada vez mayor, lo que plantea una gran amenaza que se manifiesta en unos niveles del mar cada vez más altos”.
“Los autores [del estudio] llegaron a la conclusión de que los ciclos naturales oceánicos y atmosféricos impulsaron el incremento particularmente pronunciado de la descarga de hielo a partir de la década de 1700. Ahora, las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por las actividades humanas calientan al planeta, aumentan esos ciclos, aceleran la pérdida de hielo y precipitan el rompimiento de las capas de hielo unidas a la Península”, señaló.
“Conforme se rompen las capas de hielo, las comunidades marinas debajo de ellas se modifican irremediablemente. ¿Acaso esto habría ocurrido sin el efecto invernadero? Es difícil decirlo, pero sin duda no estaría sucediendo con la vertiginosa velocidad con la que ocurre actualmente, lo cual nos da muy poco tiempo para averiguar cómo adaptarnos a los crecientes niveles del mar”.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek