Los cerebros de las personas quienes se sienten más llenos de energía por la mañana están programados de manera diferente que los llamados “búhos nocturnos”, según advirtieron unos científicos quienes han instado a los empleadores a replantear el día laboral estándar.
El obligar a un búho a a vivir como los llamados “pájaros madrugadores” puede afectar negativamente su función cerebral, productividad y salud, dijeron los autores de un estudio publicado en la revista Sleep.
Lo ideal sería que los empleadores tomen en consideración los relojes biológicos de sus trabajadores cuando establezcan los patrones de turnos, con el fin de asegurarse de que los trabajadores no sean solo saludables sino productivos, comentaron los investigadores. Trabajar de 9 a.m. a 5 p.m., “podría ser perjudicial para un individuo cuya preferencia biológica es un ciclo de sueño y vigilia más tarde”, escribieron los autores.
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Los científicos investigaron cómo la inclinación de una persona hacia ser un pájaro madrugador o un búho nocturno —lo que los científicos llaman fenotipo o cronotipo circadiano— afectaba la conectividad funcional o cómo las regiones de su cerebro se vinculan entre sí.
El estudio involucró a 38 participantes, a quienes se les pidió que usaran sensores para registrar sus ciclos de descanso y actividad de 13 a 16 días. Se tomó saliva de los participantes por la mañana, tarde y noche, y se analizaron los niveles de las hormonas melatonina y cortisol. A los participantes se les impusieron tareas para poner a prueba sus tiempos de reacción, completar cuestionarios detallando sus estilos de vida y somnolencia, y se sometieron a tomografías por resonancia magnética.
Los resultados mostraron que los búhos nocturnos batallaban con tiempos de reacción más lentos en la mañana y somnolencia durante las horas de un día normal de trabajo, lo que podría afectar su productividad. A los madrugadores les iba mejor en las labores matutinas, y a los búhos alrededor de las 8 p.m. Pero los madrugadores no sufrían más tarde en el día. Ahora se necesita investigar más para entender la causa de estos patrones.
Los investigadores creen que las diferencias en la conectividad funcional de la parte del cerebro conocida como la red de modelo predeterminado, la cual tiene un papel importante en las funciones cognitivas y la consciencia, podría explicar por qué los tipos nocturnos pueden sentirse menos productivos y somnolientos cuando los madrugadores están a su mejor capacidad.
La Dra. Elise Facer-Childs, quien encabezó la investigación mientras estaba en el Centro de Salud del Cerebro Humano de la Universidad de Birmingham, Reino Unido, comentó en una declaración: “Una cantidad enorme de personas batalla para dar su mejor rendimiento durante horas laborales o escolares para las que no son naturalmente aptas. Hay una necesidad crucial de aumentar nuestro entendimiento de estos problemas con el fin de minimizar los riesgos a la salud en la sociedad, así como maximizar la productividad”.
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Facer-Childs, actualmente en el Instituto Monash de Neurociencias Cognitivas y Clínicas en Melbourne, Australia, continuó: “Esta disparidad entre le tiempo biológico y el tiempo social —que la mayoría de nosotros hemos experimentado en la forma del síndrome de cambio de zona horaria— de una persona es un problema común para los búhos nocturnos quienes tratan de adecuarse a un día normal de trabajo. Nuestro estudio es el primero en mostrar un potencial mecanismo neuronal intrínseco detrás del por qué los ‘búhos nocturnos’ podrían enfrentar desventajas cognitivas cuando se los obliga a ajustarse a estas limitaciones.
“Un día típico podrá durar de las 9 a.m. a las 5 p.m., pero para un búho nocturno, esto podría resultar en un rendimiento disminuido durante la mañana, menor conectividad cerebral en regiones vinculadas con la consciencia y mayor somnolencia durante el día. Si como sociedad pudiéramos ser más flexibles con respecto a cómo manejamos el tiempo, podríamos avanzar muchísimo en maximizar la productividad y minimizar los riesgos a la salud”.
El año pasado, los autores de un estudio distinto concluyeron que los búhos nocturnos deberían tener la capacidad de cambiar sus agendas para proteger su salud.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek