Las dos hijas de Joaquín “el Chapo” Guzmán y su esposa, Emma Coronel, acudieron por primera vez a la sala de la corte federal de Brooklyn, Nueva York, donde el capo mexicano enfrenta cargos por narcotráfico.
Las menores, acompañadas de su madre, se presentaron minutos después de que inició la audiencia de este jueves, que es la última antes de que inicien las fiestas decembrinas, y distintos medios coincidieron en la reacción de Guzmán al ver a sus hijas.
De acuerdo con The Associated Press, el capo “las saludó efusivamente, les mandó besos e hizo pequeñas palmaditas desde la zona donde se sienta con sus abogados. También, jugó a la distancia con ellas, abriendo y cerrando sus mano”.
Según la agencia, mientras miembros de la policía nacional de Colombia testificaban sobre incautaciones, el Chapo no dejaba de mirarlas.
Notimex informó que, al verlas, Guzmán reaccionó con una sonrisa e incluso se levantó de su asiento, por lo que un alguacil pidió que retomara su lugar. “En un momento, los ojos de Guzmán se llenaron de lágrimas, y de la felicidad manifiesta su rostro pronto se tornó en un rictus de tristeza”, reportó la agencia mexicana.
Las gemelas de siete años iban vestidas con un abrigo blanco y una diadema con un moño y, añadió Notimex, luego de unos minutos comenzaron a responder con las manos los saludos de su padre.
Aunque las menores ya habían acudido a las audiencias y pueden visitarlo, nunca habían entrado en la sala desde que empezó el juicio. Coronel no puede visitarlo ni acercarse a él durante el juicio, ya que la corte negó una moción para que la pareja se diera un abrazo.
El Chapo, de 61 años y extraditado a Estados Unidos hace casi dos años, es acusado de traficar más de 155 toneladas de droga a este país. Si es hallado culpable puede ser condenado a cadena perpetua.