Los seres humanos consumimos tanta carne de pollo que ésta se convertirá en una característica del período antropoceno, de acuerdo con un estudio. Con más de 21,000 millones de pollos de engorda en existencia, la producción humana de esta especie ha reconfigurado fundamentalmente la biosfera de la Tierra, afirman investigadores.
Carys Bennett, de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, y sus colegas, estudiaron la forma en que los seres humanos hemos alterado la biosfera, es decir, las partes del planeta donde hay vida. Consideraron que, con más de 20,000 millones de pollos de engorda en existencia, la producción industrial de esta especie ha tenido un gran impacto en el planeta.
El consumo de pollo aumentó en gran medida a partir de la década de 1950. Desde entonces, el tamaño y la forma de esta especie, que incluye cambios en su esqueleto, en la química de sus huesos y en su genética, se han modificado mucho más allá de sus ancestros, los pollos silvestres, a partir de los cuales fueron domesticados.
Además de esto, los pollos de engorda no pueden sobrevivir sin una “intervención humana intensiva”: el rápido crecimiento de sus piernas y pechuga significa que sus órganos, entre ellos, el corazón y el hígado, son más pequeños de lo normal. Eso restringe sus funciones y, en consecuencia, la vida del animal.
En su estudio, publicado en la revista Royal Society Open Science, los investigadores afirman que, debido a que hemos realizado intervenciones de ingeniería genética en esta especie, y dado que la misma se ha convertido en una parte importante del consumo de alimentos, será considerada como una característica del período antropoceno, que es la era geológica propuesta en la que la actividad humana es la influencia dominante en el planeta.
“La carne de pollo es la que se consume más comúnmente en todo el mundo, y sus huesos son parte de la basura doméstica”, declaró Bennett a Newsweek. “Las granjas industriales de (pollos en) engorda se encuentran en todo el mundo, y los pollos también se entierran en esos sitios.
“La importancia del pollo después de la primera mitad del siglo XX es que es el primer ejemplo realmente bueno que tenemos de lo que los paleontólogos llaman una nueva ‘morfoespecie’, es decir, un tipo distintivo de esqueleto que puede identificarse como un fósil, el cual apareció en el antropoceno después de 1950, y en esa época se volvió muy abundante prácticamente en todo el mundo. En el futuro, los humanos encontrarán y utilizarán a los pollos como un marcador, o especie dominante, de nuestra era.
El pollo de engorda, afirma Bennett, es ahora un símbolo de la forma en que la biosfera resulta irreconocible en comparación con su estado prehumano. Los pollos se han convertido en los vertebrados terrestres más abundantes del mundo y su biología ha sido modificada por los humanos, lo que convierte a esta especie “en uno de los ejemplos más sorprendentes de nuestra era”, señaló Bennett.
Sin embargo, es poco probable que este predominio se prolongue. “Si bien el consumo de pollo es muy popular actualmente, un signo de cambio es que los mayores productores de pollo del mundo (Tyson Foods y Perdue Farms) invierten ahora en proteínas derivadas de las plantas”, afirma Bennett said. “Los tiempos están cambiando y las personas buscan alimentos que sean mejores para el ambiente, así como para su bolsillo”.
—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek