Todos quisiéramos tener una varita mágica para bajar de peso sin esfuerzo ni sacrificio. Cuidado, pues cuando la impaciencia nos invade somos vulnerables y propensos a caer en la tentación de probar los remedios milagrosos. En la actualidad solo existe un medicamento aprobado para el tratamiento de la obesidad (Orlistat), pero siempre debe ser tomado bajo prescripción y con un diagnóstico de obesidad (un IMC mayor de 30).
Esta medicina actúa inhibiendo la absorción de las grasas consumidas, por lo que es importante que la recete un médico profesional.
Todos los otros medicamentos o pastillas para bajar de peso se han retirado del mercado por sus efectos secundarios que son muy dañinos para la salud.
Algunos de los efectos secundarios de estas pastillas “milagrosas” son: incontinencia fecal, efecto de “rebote”, cambios de humor, dolores de cabeza, resistencia a la insulina, problemas cardiovasculares, aumento de triglicéridos y colesterol.
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Los diuréticos son otro medicamento que muchas veces se prescriben para bajar de peso. Este tipo de medicamentos harán que perdamos peso, pero no de la grasa acumulada, sino de líquido, lo que puede ocasionar desequilibrios en nuestro organismo.
Hoy sabemos que no existe ninguna pastilla que no tenga efectos secundarios en el organismo. Por eso debemos de mantenernos alejadas de estas y entender que no se trata de bajar de peso con dietas extremas ni pastillas. Todo es un hábito y debes de adoptar un estilo de vida para que sea constante.