El Mundial de Clubes no solo es una espacio para exhibir los talentos entre los mejores equipos del planeta, también lo es para quienes imparten justicia en el terreno de juego. Y bajo esa lupa constante, el árbitro mexicano César Ramos vivió un episodio inusual al mostrar involuntariamente una estampa de la Virgen de Guadalupe al momento de expulsar a un jugador.
La imagen religiosa, que salió adherida a una de sus tarjetas, desató un debate sobre la delgada línea entre la fe personal y las normas que rigen el fútbol profesional.
¿QUÉ DICE EL REGLAMENTO?
El reglamento de la FIFA es claro: queda estrictamente prohibido cualquier tipo de manifestación religiosa, política o publicitaria por parte de jugadores, árbitros o miembros del cuerpo técnico durante los partidos. Sin embargo, en este caso, todo indica que se trató de un accidente.
¿HABRÁ SANCIÓN? EXPERTOS OPINAN QUE NO
El exárbitro Arturo Brizio Carter, actual analista de arbitraje, fue claro al asegurar que no debería existir ningún tipo de sanción contra Ramos.
“Era el amuleto de César Ramos. Lo que no entiendo es por qué guarda una imagen religiosa en el mismo sitio donde lleva las tarjetas. Soy respetuoso, soy católico, pero el uniforme debe tener solo lo necesario para no exponerse”, señaló Brizio.

Ramos, con amplia experiencia internacional, no exhibió la imagen de forma intencional, por lo que no se le puede acusar de infringir deliberadamente el reglamento.
“Cuando lo explique a sus superiores no deberá tener ningún problema. Si la FIFA lo castiga, sería un atropello, porque a todas luces no hay dolo”, sentenció Brizio.
ENTRE CÁBALAS, FE Y PROTOCOLOS
Este incidente también abrió la conversación sobre los rituales y cábalas que muchos árbitros practican en silencio. Ramos, al igual que varios colegas, lleva consigo símbolos religiosos o amuletos como parte de su preparación emocional. En su caso, se trató de una estampa de la Virgen de Guadalupe, patrona de México.
“Son cábalas o rituales que tienen los árbitros. César tiene este de la Virgen, no pasa nada”, añadió Brizio.
El propio exsilbante recordó una anécdota familiar para poner en contexto el episodio.
“Recuerdo que mi padre, Arturo Brizio, en los años 70 se ponía las dos tarjetas en el short y un día expulsó por error a Ricardo Chavarín cuando solo quería amonestarlo. Desde entonces entendió que las tarjetas deben ir separadas. Ahora, César Ramos entenderá que la Guadalupana se queda en el vestidor y las tarjetas en la cancha”.
UN ACCIDENTE CON VALOR SIMBÓLICO
A pesar del rigor del reglamento FIFA, no todo está escrito con tinta infranqueable. En casos como este, donde hay un evidente accidente sin intención de promover una ideología o creencia, la interpretación flexible y el criterio humano suelen prevalecer.
El episodio, más allá de la controversia, refleja cómo la espiritualidad y las tradiciones personales aún encuentran su espacio en el deporte de élite, aunque a veces —como en este Mundial de Clubes— se asomen en el momento menos esperado.
Para César Ramos, esta será probablemente una lección más en su ya larga carrera arbitral. Una anécdota entre la fe y el reglamento, entre la devoción y el profesionalismo, en el escenario global del fútbol. N