A lo largo de la historia, los estándares de belleza han sido tan variados como sorprendentes: desde el vendado de pies en la China imperial hasta los dientes ennegrecidos del Japón tradicional o los cráneos alargados de los antiguos mayas. Cada cultura ha definido a su modo lo que considera deseable, pero la ciencia moderna ha empezado a identificar patrones universales que van más allá de modas y estereotipos.
“La atracción es, en cierto modo, una experiencia subjetiva”, explica la Dra. Veronica Lamarche, psicóloga de la Universidad de Essex, en entrevista con BBC Science Focus. Es decir, lo que resulta irresistible para unos puede parecer extraño a otros. Sin embargo, hay elementos que tienden a repetirse en todo el mundo, y lo más interesante es que muchos de ellos sí dependen de nosotros.
NO TODO ES UNA CARA BONITA: LO QUE REALMENTE IMPORTA
Durante años se creyó que la simetría facial era el indicador principal del atractivo físico. No obstante, un estudio internacional con más de 1,500 rostros de 10 países, publicado en Evolution and Human Behavior, concluyó que lo verdaderamente influyente es que un rostro se aproxime a las proporciones promedio de su grupo cultural, especialmente en el caso de las mujeres, donde se valora la “feminidad facial”.
La singularidad extrema puede restar atractivo, mientras que los rasgos comunes —aunque parezca paradójico— suelen ser mejor recibidos. Aun así, el físico, aunque importante en una primera impresión, no es el factor decisivo.
CARISMA, AUTENTICIDAD Y HUMOR: CLAVES PARA SER ATRACTIVO
Los expertos coinciden: el atractivo es relacional, no estático. Lo que proyectamos a través de nuestra actitud y comportamiento tiene un peso mucho mayor. La autenticidad, por ejemplo, se percibe como un rasgo deseable. Según Psychology Today, ser sincero —incluso si eso implica mostrarse vulnerable— incrementa nuestra atracción ante los demás.
El humor también juega un rol fundamental. Reírse con alguien, según investigaciones de Estados Unidos y Noruega, fortalece la conexión emocional. Y sí: reírse de los chistes de la otra persona es una de las formas más efectivas de generar atracción mutua.
La vitalidad —una sonrisa auténtica, un lenguaje corporal expresivo y gestos genuinos— también comunica mucho más que cualquier filtro digital. Por eso, los expertos en comportamiento social recomiendan el uso de videos en aplicaciones de citas, ya que muestran mejor la energía y presencia natural de cada persona.
EL EFECTO ANIMADORA: AMABILIDAD Y EL VÍNCULO EMOCIONAL
Otro fenómeno interesante es el “efecto animadora”: las personas tienden a parecer más atractivas cuando se las ve en grupo, ya que el cerebro tiende a promediar los rasgos faciales, elevando la percepción del atractivo individual.
La amabilidad y la empatía también aumentan el atractivo. La ciencia lo respalda: estudios recientes señalan que comportamientos como la cooperación, el apoyo emocional y la inteligencia social son altamente valorados en las relaciones a largo plazo.
Y hay algo más: compartir afinidades. Según el profesor Charles Chu, de la Universidad de Boston, incluso una coincidencia menor —una canción favorita, una comida preferida— puede generar una percepción de conexión profunda. Es lo que él denomina razonamiento autoesencialista, y aunque puede ser útil, también puede llevarnos a descartar conexiones valiosas por diferencias superficiales.
ADRENALINA, DIETA Y MITOS SOBRE EL DINERO
¿Puede el miedo o la emoción aumentar la atracción? Sí. Un famoso experimento de 1974 demostró que situaciones de alta adrenalina —como cruzar un puente colgante o ver una película de terror— pueden hacernos sentir más atraídos por quien nos acompaña. Es lo que se conoce como “atribución errónea de la excitación”.
También hay pequeños cambios externos con sustento científico. Por ejemplo, consumir vegetales ricos en carotenoides —como zanahorias o pimientos— puede mejorar el tono de la piel, dándole una apariencia más saludable y, por ende, más atractiva, según estudios de la Universidad de St Andrews.
En cuanto al dinero, los especialistas coinciden en que hoy no tiene el peso que solía tener. Aunque en contextos pasados la riqueza era un criterio práctico para elegir pareja, especialmente en sociedades con desigualdad económica, en la actualidad no hay evidencia científica sólida de que el dinero por sí solo incremente el atractivo romántico.
CONCLUSIÓN: AUTENTICIDAD SOBRE APARIENCIA
La ciencia es clara: el atractivo va mucho más allá de los estándares visuales. Si bien el aspecto físico puede influir en una primera impresión, son la actitud, la autenticidad, el humor y la amabilidad los factores que realmente cuentan.
“Sé encantador, simpático y divertido, porque eso sin duda funciona”, dice el psicólogo Ed Morrison.
“Las personas buscan vínculos afectuosos y alguien en quien confiar. Esa es la mayor influencia en el atractivo”, concluye la Dra. Lamarche.
En tiempos de filtros digitales y estándares imposibles, la mejor estrategia para resultar atractivo sigue siendo la más sencilla: ser tú mismo, con amabilidad, energía y sentido del humor. Sabiendo esto ¿sigues sintiendo que portas la belleza? N