Una ardilla voladora gigante del tamaño de un gato doméstico surcó los cielos de los montes Apalaches, en América del Norte, hace unos 4.75 millones de años, según un equipo de paleontólogos de la Universidad Estatal del Este de Tennessee (ETSU) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en España.
En su estudio, los investigadores describieron un nuevo espécimen fósil de la ardilla voladora gigante Miopetaurista webbi, recientemente desenterrado de un tesoro prehistórico conocido como el Sitio Fósil Gray, ubicado en el condado de Washington, Tennessee, en Estados Unidos.
A pesar de su gran tamaño, explicó el equipo, la ardilla gigante habría pesado solo alrededor de 1.36 kilos, que la ayudaba a planear y le daba agilidad mientras se deslizaba por las copas de los árboles.
Sin embargo, contrario a lo que podría esperarse, Miopetaurista no está estrechamente relacionada con las ardillas actuales de América del Norte, pero sí es más parecida a las ardillas voladoras de China, Indonesia y Japón.
“Es asombroso imaginar estas ardillas voladoras gigantes planeando sobre rinocerontes y mastodontes que vivían en los bosques de Tennessee hace cinco millones de años”, sostuvo el autor del artículo, Joshua Samuels de ETSU.
Anteriormente se habían desenterrado especímenes de Miopetaurista en las épocas del Mioceno y el Plioceno (hace 23.03–5.33 millones y 5.33–2.58 millones de años, respectivamente) de China, Francia y Alemania.
“Encontrar Miopetaurista en América del Norte fue bastante inesperado, ya que este género solo se conoce en Eurasia”, afirmó el coautor del artículo de la UAB, Isaac Casanovas-Vilar, en un comunicado.
LA ARDILLA VOLADORA MIOPETAURISTA
Y agregó al tema: “Había algunos informes inciertos desde Florida, pero el espécimen del Sitio Fósil de Gray proporcionó nueva información y ayudó a confirmar que, de alguna manera, estas ardillas voladoras gigantes cruzaron el Puente Terrestre de Bering junto con otros mamíferos hace unos cinco millones de años”.
Se plantea la hipótesis de que este puente terrestre unió América del Norte con Asia en varios puntos del pasado. Cuando Miopetaurista llegó a lo que hoy conocemos como Tennessee, explicaron los investigadores, el mundo era mucho más cálido que hoy.
Este clima sustentaba bosques densos y húmedos, lo que habría permitido a la criatura cruzar a América del Norte, deslizándose de árbol en árbol. Sin embargo, estas agradables condiciones no iban a durar para el particular Miopetaurista.
En palabras de Montserrat Grau-Camats, también autora del artículo, a medida que el clima se enfrió con el tiempo, las Edades de Hielo del Pleistoceno llevaron al aislamiento de estas ardillas voladoras gigantes en refugios más cálidos como Florida, y en última instancia contribuyeron a su extinción.
“Los últimos Miopetaurista americanos vivieron millones de años después de que todas las especies euroasiáticas de este género hubieran desaparecido, lo que significa que en ese momento eran ‘fósiles vivientes'”, concluyó. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)