Una antigua arcilla medicinal, cuyo uso se remonta al menos a 2,500 años, proporcionó información valiosa que podría contribuir a mejorar la salud intestinal en la actualidad, según un nuevo estudio.
La arcilla en cuestión, conocida como Tierra de Lemnos (LE), fue durante mucho tiempo “muy apreciada” como terapia. Descubierta en la isla griega de Lemnos, esta se moldeaba en pequeñas bolitas o tabletas y se consumía por vía oral sola, en polvo, con vino o mezclada con plantas.
Existen registros documentados que evidencian el uso medicinal de esta arcilla a lo largo de más de dos milenios. La literatura médica que abarca desde el siglo V a.C. hasta finales del siglo XIX revela que se prescribía para tratar diversas dolencias a lo largo del tiempo. Por ejemplo, se utilizaba como “antídoto” contra venenos, preventivo contra la peste y como tratamiento para problemas intestinales.
A pesar de su larga tradición de uso, los investigadores no han logrado comprender en profundidad qué es lo que hace que la LE, una arcilla aparentemente común, tenga un efecto terapéutico.
En los últimos años, un equipo de científicos evaluó las evidencias existentes asociadas con la LE. Esto los llevó a desarrollar una hipótesis, según la cual sus posibles propiedades curativas no eran necesariamente inherentes a la arcilla, sino que podrían haber sido el resultado de una interacción entre el material y ciertos hongos.
¿LA SALUD INTESTINAL SE DEBE A LOS HONGOS?
Estos hongos podrían haber sido añadidos a la arcilla accidentalmente, y luego deliberadamente, de diferentes maneras y en diferentes momentos, según los investigadores.
En el último estudio, publicado en la revista digital PLOS One, el equipo se propuso poner a prueba esta hipótesis. Para ello, los autores cultivaron su propio hongo en el laboratorio, combinado con dos arcillas distintas.
Las arcillas seleccionadas tenían composiciones mineralógicas similares a las encontradas en muestras históricas de LE. El hongo elegido fue Penicillium purpurogenum, un miembro de los géneros (grupos de especies) identificados en las muestras históricas.
Estos experimentos dieron como resultado la creación de ciertos compuestos bioactivos que luego se administraron a ratones para determinar su efecto sobre el microbioma (un conjunto de microorganismos) de los intestinos de los roedores. En este caso, se utilizaron ratones como modelo animal para estudiar procesos biológicos que pueden ser relevantes para los humanos.
Los resultados indican que la combinación de algunas arcillas con ciertos hongos beneficiosos produjo compuestos que tenían propiedades antibacterianas y también un efecto positivo en el microbioma intestinal de los ratones.
En los humanos, un microbioma saludable está fuertemente asociado con una buena salud intestinal, por no hablar de la salud general, e influye en la inmunidad, el metabolismo e incluso el bienestar mental. Los resultados del último estudio respaldan el argumento de que las propiedades terapéuticas del LE pueden haberse basado en su potencial para regular el microbioma intestinal.
“Nuestra Tierra Lemniana reconfigurada del siglo XXI muestra que este antiguo remedio tiene el potencial de favorecer la buena salud intestinal de las personas de la actualidad”, dijo en un comunicado Simon Milling, autor del estudio y profesor de inmunología en la Universidad de Glasgow del Reino Unido. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)