El cine latinoamericano ya no es un ente puro, como la naturaleza de las Américas se ha convertido en una mezcla y suma de experiencias, voluntades, talentos, e historias que buscan emocionar con lo propio. Esta es la naturaleza de El Jockey, una coproducción de Argentina-México-España-Dinamarca. Newsweek En Español conversó con Nahuel Pérez Biscayart, Daniel Giménez Cacho, y Julio Chavezmontes de este viaje audiovisual.
HACER CINE EN AMÉRICA LATINA
“Aquí había una propuesta que le apostaba todo a la imaginación, y de alguna manera también, hablar de nuestras vidas, de lo que tienen pero lo que pasa por nuestras cabezas, nuestros corazones que son los sueños de imaginación, el deseo que es algo que rara vez retratamos como realmente lo vivimos. Creo ese es el sentido la película”, expresa Julio Chavezmontes del génesis de esta producción rodada en pleno Buenos Aires, donde además se contó con la participación de la actriz española Úrsula Corberó (La Casa de Papel).
El cine en el mundo y puntualmente en América Latina enfrenta complicaciones para su realización, retos que atraviesan desde el financiamiento público, el apoyo de las cadenas privadas de cine, y en momentos hasta la publicidad para lograr el acompañamiento de la audiencia en las salas. “La verdad es que coproducir así es la única forma de que el cine independiente pueda existir, porque es la única manera de sumando: en colaboración, es lo que lo hace posible, porque se requiere de diferentes fondos públicos que tengan un objetivo que sea cultural y que no esté dentro de la lógica del comercio, que no esté dentro de la lógica de la recuperación o la ganancia de un inversionista, sino de la creación de una obra de arte. Y eso, digamos, que por un lado es una necesidad para que las películas puedan existir”, añade el coproductor de la película. Chavezmontes contrasta el reto de hacer cine en nuestra región, tras los conocidos recortes a la producción audiovisual, tanto en México como en Argentina, hecho político que no ha sido omiso para los gremios artísticos. La cinta ya se estrenó en Argentina y España, este 6 de diciembre llegó a las salas mexicanas.
UN SUMERGIMIENTO A LA TRANSFORMACIÓN
El Jockey es la historia de Remo Manfredini (Nahuel Pérez Biscayart) una leyenda de las carreras de caballos, pero su conducta excéntrica y autodestructiva comienza a eclipsar su talento. Abril (Úrsula Corberó), jinete y pareja de Remo, espera un hijo suyo y debe decidir entre continuar con su embarazo o seguir corriendo. Ambos corren caballos para Sirena (Daniel Giménez Cacho), un empresario obsesionado con el jockey.
Un día Remo sufre un accidente, desaparece del hospital y deambula sin identidad por las calles de la ciudad. Sirena lo quiere vivo o muerto mientras Abril intenta encontrarlo antes de que sea demasiado tarde.
Manfredini atraviesa un desdoblamiento en su identidad revelando aspectos íntimos del personaje que exigieron una tarea de transformación a Pérez Biscayart. “La peli me vino como un regalo total, porque bueno muchas veces las pelis que uno hace responden en general cuando no tiene la posibilidad de elegir, ¿no? Por ahí exploraciones, inquietudes, preguntas en las que uno está sumergido. Me dio esa posibilidad de practicar mucho más eso, de ponerlo realmente en práctica y en juego. En un campo ficcional, pero que no deja de ser menos verdadero que la vida. Nahuel Pérez Biscayart es de los actores argentinos más internacionales y con sus 38 años ha participado en producciones en ambos lados del Atlántico.
En Argentina, venimos muy golpeados, muy golpeados y también muy comprimidos en nuestra capacidad creativa
“El ser parte de una película que pueda entretener, conmover, atravesar de manera muy profunda e inmediata. Como si fuera también un gran, en un punto, síntoma de la época en la que estamos, sobre todo pienso en Argentina, venimos muy golpeados, muy golpeados y también muy comprimidos en nuestra capacidad creativa, como si hubiera que adaptarse cada vez más o al sistema que nos obliga a trabajar de determinadas maneras y esta peli es un poco como: un grito, un patear el tablero, es la idea de lo colaborativo, le veo como un elemento humano y político también muy profundo”, reflexiona el protagonista respecto al momento que enfrenta el cine y los retos sociales de su país.
Daniel Giménez Cacho es un actor que tiene una historia que ha enriquecido el cine mexicano, pero también el del mundo de habla hispana. Su personaje “Sirena” resulta ser un hombre codicioso y presa de sus vicios. “Este personaje parece entender perfectamente el rol, el su desempeño en la vida, o sea, hay un personaje hacia afuera de éxito, de las revistas, de la operación del ejercicio del poder y tal, pero sabe que hay algo más, sabe que la vida no se agota ahí, sabe que el espíritu y el alma hay que alimentarlos y hay que desarrollarlos”, reflexiona sobre el antagónico de El Jockey.
La búsqueda de identidad de somos lo que realmente queremos ser o lo que nos impusieron
Un hombre que se deja llevar como sus pasiones y exponer como estas pueden ser tan bajas que lo llevan a perder el control de todo. “Se me hizo muy simpático el hecho de que todos estos cambios que estamos viviendo contemporáneos de la identidad del género, de cómo nos percibimos. Además de la búsqueda de identidad de somos lo que realmente queremos ser o lo que nos impusieron esto está hoy presente en el ambiente”, concluye. N