Las redes sociales están llenas de contenidos como dietas extremas, comparaciones y filtros diseñados para lucir delgado o con un tono de piel más claro. Estos temas, cada vez más comunes, pueden contribuir al desarrollo de dismorfia corporal y trastornos de la conducta alimentaria (TCA), según estudios. Recientemente TikTok anunció restricciones en el uso de filtros de belleza a menores de 18 años, entonces ¿cómo las redes influyen en la autoimagen de las personas?
La aplicación de videos, creada por la firma china ByteDance, reconoció que estas herramientas pueden impactar negativamente en la salud mental de los jóvenes. Sin embargo, esa restricción no afectará a los filtros diseñados para ser “divertidos” como, por ejemplo, los efectos de orejas de animales.
De acuerdo con un comunicado, TikTok encargó una investigación multimercado a la organización británica, sin ánimo de lucro, Internet Matters para examinar la injerencia de las plataformas online en la configuración de la identidad y las relaciones de los adolescentes.
“El informe ‘Unfiltered: The Role of Authenticity, Belonging and Connection’ identificó nuevos conocimientos sobre el uso de efectos por parte de los adolescentes y el impacto que esto tiene en su sentido de identidad (…) En concreto, los adolescentes y los padres expresaron su preocupación por los efectos de ‘apariencia’”, refiere la aplicación.
Aunque los cambios se implementarán en las próximas semanas a escala global, no es la primera vez que una plataforma ocasiona inestabilidad mental entre los usuarios. En 2011 un grupo de investigadores publicó en PubMed, un portal gratuito de la Biblio Nacional de Medicina (NLM en inglés), un estudio sobre cómo las redes sociales aumentan la insatisfacción corporal e influyen en pensamientos negativos, culpa, dietas y actividad física extrema.
LA DISMORFIA CORPORAL AFECTA MÁS A LAS MUJERES
“Las redes sociales son altamente personalizadas y tienen distintos algoritmos que permiten mostrar el contenido más relevante para el usuario, en este caso con el cuidado personal y la estética corporal (…) Una mayor satisfacción corporal se asoció a un aumento de subir selfies a las redes sociales. Los pacientes con dismorfia corporal acuden con mayor frecuencia al cirujano plástico”, pormenoriza el artículo de 2024 ‘Body dysmorphic disorder and social media’, publicado en la hemeroteca virtual SciELO México.
La dismorfia corporal es una enfermedad mental del espectro de los trastornos obsesivos compulsivos en donde las personas afectadas buscan la perfección y piensan constantemente en los defectos de su apariencia o en los percibidos por ellas mismas. Se caracteriza por la preocupación de un defecto imaginario, que causa un sufrimiento clínicamente significativo y que interfiere en la calidad de vida.
A tenor del artículo de 2024, la dismorfia corporal suele comenzar en la adolescencia, generalmente a los 16 años, pero está más presente en el sexo femenino; 60 por ciento de quienes lo presentan son niñas y mujeres. Además, esta afección es más común entre los jóvenes de clase alta, “susceptibles a la influencia de los medios de comunicación, las redes sociales y los estándares de belleza de la sociedad”.
“Los pacientes con dismorfia o TDC (trastorno dismórfico corporal) tienen preocupaciones sobre cualquier parte del cuerpo, pero en general se trata de defectos faciales, en especial los que afectan a partes concretas como la nariz y piel, y de defectos del cabello, los pechos, los genitales y el abdomen”, enumera el texto.
DECENAS DE FILTROS DE BELLEZA EN TIKTOK
Hoy los cánones de belleza se idealizan tanto que llegan a ser irreales. Con el surgimiento de las redes sociales y los influentes (influencers), se ha incrementado la población adolescente con problemas de autoestima o insatisfacción con su imagen debido a la apariencia física “perfecta” de otros usuarios que utilizan fotos o videos con filtros que resaltan un aspecto alejado de la realidad.
En TikTok hay decenas de filtros de belleza: maquillaje natural, piel coreana, perfilamiento de nariz y mandíbula, cejas pobladas o finas, etcétera. Otro estudio, publicado en la revista académica Nature, señala que 20 por ciento de los usuarios de entre 12 y 18 años que pasan más de dos horas conectados a esta aplicación aseguran que al desconectarse el sentimiento predominante es una menor autoestima, una mayor sensación de estrés y una menor capacidad para fijar un límite en el visionado.
LA DISMORFIA DEL SELFIE
“Las personas recurren a las redes para elevar su imagen corporal, pero tiene un efecto contraproducente. Se ha observado que los pacientes que usan más aplicaciones de redes sociales tienen mayor tendencia a considerar someterse a procedimientos de cirugía plástica. El amplio uso de filtros en las fotos ha llevado a que los pacientes muestren imágenes retocadas como referencia para sus doctores antes de someterse al procedimiento quirúrgico”, añade la investigación de la hemeroteca virtual.
Incluso hay un nuevo término para la dismorfia corporal causada por las redes. El Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes explica que, en su punto extremo, cuando alguien usa estas tecnologías para hipersexualizar su imagen y obtener mayor popularidad y beneficios (me gusta, mensajes compartidos, cuentas publicitarias, monetización e ingresos), se puede generar un trastorno mental llamado “dismorfia del selfie”. N
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