Un cangrejo ermitaño avanza lentamente en una playa de la isla japonesa de Okinawa con su casa a cuestas; pero no es un caparazón, sino una vieja cuchara dosificadora amarilla. Esta escena es más repetitiva en los últimos años por la basura plástica en la tierra que “convive” con los animales.
Ese cangrejo ilustra cómo los desechos plásticos se han vuelto tan comunes en el entorno natural que están transformando profundamente la manera en que los animales viven y se desplazan, según estudios científicos.
Cada año se producen unos 435 millones de toneladas de residuos plástico en el mundo. Unos 22 millones se desechan en el entorno natural, de acuerdo con la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Pájaros, abejas, cangrejos y otras especies marinas han incorporado estos residuos en sus hábitats. Un estudio de este año analizó imágenes publicadas en sitios web de naturalistas aficionados y descubrió que cangrejos ermitaños de todo el mundo usan objetos artificiales como caparazones.
El plástico es el recurso más habitual, aunque el fotógrafo Shawn Miller ha captado animales que se instalaban en cuellos de botellas de vidrio o casquillos de bombillas.
“Me quedé absolutamente asombrado la primera vez que vi a un cangrejo en una casa de plástico, en una playa de Japón, en 2010. No podía dejar de pensar en ello. Estábamos sorprendidos. Es bastante impactante. ¿Por qué se adaptan así?”, señala.
Pero cada vez hay más casos documentados de comportamientos similares en otras especies. Se han visto pájaros entretejiendo trozos de bolsas de plástico en sus nidos y usando coloridas piezas de basura como decoración para ganar puntos en el proceso de apareamiento.
Otro estudio descubrió que las abejas usan partes de bolsas de plástico para sellar sus colmenas. Las teorías de por qué los animales incorporan el plástico en sus hábitats difieren, pero numerosos investigadores sugieren que la abrumadora abundancia del plástico en sus ecosistemas desempeña un papel importante.
CÓMO LOS ANIMALES ADAPTAN A SU VIDA LA BASURA PLÁSTICA
Los cangrejos ermitaños también lidian con la menor disponibilidad de caparazones por el declive de las poblaciones de moluscos, por lo que “puede ser menos costoso encontrar un caparazón artificial que una natural”, afirman investigadores.
Residuos como la madera han permitido desde hace mucho tiempo a las especies migrar entre océanos, pero estas tablas de surf naturales son escasas y se degradan rápidamente. El plástico, en comparación, es abundante y duradero, con lo que ofrece más oportunidades para moverse a las especies.
El fenómeno quedó patente en una escala inusual después del tsunami de Japón en 2011. Las olas arrastraron enormes cantidades de residuos humanos desde la tierra al océano y eventualmente los llevaron a la costa noroeste de Estados Unidos.
Un estudio encontró casi 300 especies marinas de la costa de Japón que habían llegado en productos de plástico u otros objetos humanos hasta las costas estadounidenses a través del Pacífico. Este nuevo flujo también incrementa el peligro de que especies invasoras perturben sus nuevos hábitats, advierten los científicos. El plástico incluso está permitiendo que criaturas que viven habitualmente en el litoral puedan sobrevivir y reproducirse en el medio del océano.
Un estudio de 2023 descubrió especies costeras habitando en un 70 por ciento de las muestras recogidas en el Giro del Pacífico Norte, una corriente oceánica entre Asia y Norteamérica en la que se concentran numerosos residuos.
“Las especies costeras ahora sobreviven en el océano abierto apoyados en el vasto y creciente mar de residuos plásticos”, escribieron sus autores.
USAN LOS DESECHOS DE PLÁSTICO COMO CAMUFLAJE
La plétora de plástico disponible en el océano hace que algunas especies los empleen como herramientas. Se han documentado casos de erizos de mar y pulpos que usan desechos de plástico como camuflaje.
Un estudio sobre erizos de mar que habitualmente se hallan en el oeste del Atlántico señaló que estaban eligiendo activamente residuos de plástico para cubrirse en vez de materiales naturales como las rocas.
Los científicos creen que estos animales buscan cubrirse en parte para situarse en la sombra y alertan que los restos de plástico translúcido que emplean ahora aumentan el riesgo de quemaduras por el sol.
Asimismo, los pulpos recurren a estos objetos para esconder las entradas de sus guaridas o se refugian dentro de residuos de plástico. De igual manera, se les ha visto “caminando sobre zancos”, es decir, moverse por el fondo marino con sus tentáculos colocados sobre residuos de plástico que usan para cubrirse.
Los científicos consideran que solo han descubierto una parte de las muchas formas en que los animales se han visto forzados a adaptarse al plástico y de los efectos dañinos de este fenómeno. Los autores del estudio sobre los pulpos pidieron “medidas urgentes para reducir el impacto de esta basura no solo sobre los cefalópodos, sino sobre todos los organismos y ecosistemas marinos”. N
(Con información de AFP)