Escenarios apocalípticos como The Walking Dead, Guerra Mundial Z y The Last of Us tienen algo en común: zombis, criaturas ficticias comúnmente representadas como seres humanos que han vuelto a la vida. Suelen caracterizarse por su apariencia descompuesta, su falta de voluntad propia y su comportamiento violento y alimentarse generalmente de carne humana. En muchas historias los zombis son el resultado de un virus o de un experimento que salió mal, pero ¿realmente los hongos podrían evolucionar hasta convertir a los humanos en zombis?
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), el término zombi es de origen africano occidental, introducido al español a través del inglés, que significa “cadáver reanimado mediante prácticas de brujería”. En la naturaleza podemos observar ejemplos reales de zombificación: un organismo que controla el comportamiento de otro.
Matt Kasson, profesor de Micología y Fitopatología en la Universidad de Virginia Occidental, Estados Unidos, comenta para el sitio The Conversation que los hongos “devoradores de cerebros solo suelen atacar a los insectos. Este enorme reino biológico incluye mohos, levaduras, setas y organismos zombificadores”.
Un ejemplo de este mundo es el hongo de la hormiga zombi Ophiocordyceps unilateralis, que forma parte de un grupo más amplio conocido como hongos cordyceps, el cual sirvió de inspiración para la serie de HBO, The Last of Us.
En contexto, es un género perteneciente a los hongos ascomicetes que cuenta con unas 400 especies distintas, algunas de las cuales son capaces de afectar la conducta de un insecto hospedador.
¿HONGOS EN HUMANOS?
“El más conocido de ellos y en el que se basa la serie es Cordyceps unilateralis. Cuando un insecto es parasitado por este hongo altera su comportamiento habitual, lo que lo hace subir hasta la parte más alta de una planta antes de morir, liberando esporas que brotan del cadáver momificado del insecto”, sostiene Manuel Peinado, director del Real Jardín Botánico de la Universidad de Alcalá, España.
De esta manera, una vez que el hongo hace que la hormiga trepe por una planta y se aferre a un tallo con sus mandíbulas, el hongo consume los órganos del animal, incluido su cerebro. Posteriormente un tallo brota de la cabeza y produce esporas, mismas que caen sobre hormigas sanas para repetir el ciclo.
Otro ejemplo que ofrece el profesor de Micología y Fitopatología es el hongo parásito Massospora, que se apodera de las cigarras para mantenerlas lo suficientemente vivas a fin de propagar la enfermedad a sus parejas durante la reproducción. ¿Cómo trabaja? El hongo se apodera del insecto por la parte inferior y llena su abdomen de esporas a medida que va comiendo hacia arriba. Mientras vuelen, las esporas también se desprenderán como un salero.
Sin embargo, algunos hongos sí suponen una amenaza para los humanos, entre ellos Aspergillus fumigatus y Cryptococcus neoformans, que pueden invadir los pulmones de las personas y provocar síntomas graves similares a los de la neumonía. En tanto, el hongo Cryptococcus neoformans puede propagarse fuera de los pulmones hasta el sistema nervioso central y provocar síntomas como rigidez del cuello, vómitos y sensibilidad a la luz, según Matt Kasson.
A pesar de lo anterior, el docente afirma que “los hongos pueden dar miedo, pero no te convertirán en un muerto viviente”. Y si bien proliferan en ambientes siempre cálidos y húmedos, los humanos pueden protegerse de ellos tomando un baño después de sudar o ensuciarse, además de no compartir ropa deportiva ni toallas con otras personas. N