En un mundo fracturado por conflictos bélicos, tensiones políticas y crecientes desafíos sociales, Nonny de la Peña emerge como una visionaria que utiliza la tecnología para construir puentes y generar conexiones en una sociedad cada vez más dividida.
Conocida como la “Madrina de la Realidad Virtual”, ha canalizado las herramientas digitales más avanzadas hacia un propósito trascendental: cultivar la empatía. Sus proyectos inmersivos son portales a narrativas poderosas y emotivas, desafiando los límites de los medios tradicionales y transportándonos a experiencias que fomentan una comprensión más profunda de nuestra humanidad. Con las mismas innovaciones que a menudo nos aíslan, Nonny está forjando un mundo más compasivo, una historia a la vez.
Nacida y criada en el sur de California, Nonny descubrió desde temprano el poder de la narración. A los nueve años, mientras leía un libro escondido bajo su escritorio, se encontraba tan absorta en la escena —personajes montados en ponis cruzando una montaña en medio de una tormenta amenazante— que se sobresaltó cuando la maestra tocó su hombro. “Miré hacia arriba y me di cuenta de que no había tormenta ni montaña. El sol brillaba afuera. Me había sumergido tanto en la historia que olvidé por completo dónde me encontraba.” Ese momento despertó su fascinación por la capacidad de las historias para transportarnos a otros mundos, una pasión que continúa guiando su trabajo hasta el día de hoy.”
Como mexicana-estadounidense, Nonny también creció escuchando relatos sobre la discriminación y el prejuicio. Las experiencias de su madre al enfrentar la segregación racial, como ser rechazada en piscinas o restaurantes, dejaron una huella profunda. “Esas historias me marcaron”, reflexiona. “Pensé que si lograba combinar la narración con la tecnología para generar comprensión, quizá podría ayudar a que las personas se pongan en el lugar del otro y impulsar un cambio.”
ABRIENDO PUERTAS A OTROS MUNDOS
La carrera de Nonny de la Peña ha sido todo menos tradicional. Inició como periodista de prensa escrita, llegando a redactar historias de portada para Newsweek, luego exploró el mundo de los documentales e incluso escribió guiones para programas de televisión en Hollywood. Sin embargo, fue su encuentro con el libro Virtual Reality de Howard Rheingold lo que la encaminó hacia convertirse en una pionera del periodismo inmersivo.
Uno de sus primeros proyectos fue la recreación virtual del centro de detención militar estadounidense en la Bahía de Guantánamo. Utilizando audio real obtenido mediante la Ley de Libertad de Información, creó una inmersión en la que los participantes se ponían en el lugar de un detenido. “El diseño era tal que escuchabas a un prisionero, que parecía estar en otra habitación, recibir una secuencia interminable de órdenes capturadas en la grabación: ‘levántate, siéntate, levántate’. El impacto fue tan profundo que las personas sentían sus cuerpos encorvarse bajo el estrés. Fue increíble observar el efecto que generó esta experiencia.”
Este enfoque visceral —colocar a las personas directamente en situaciones extremas que solo conocen a través de los noticieros— marcó el inicio no solo de su camino hacia una nueva forma de narrar historias, sino también de fomentar la empatía y el entendimiento por medio de la interconexión. Con este proyecto, Nonny estableció el término ‘periodismo inmersivo’ en 2010, dando comienzo a una trayectoria pionera en este campo.

“Pensé que si lograba combinar la narración con la tecnología para generar comprensión, quizá podría ayudar a que las personas se pongan en el lugar del otro e impulsar un cambio.” – Nonny de la Peña.
En Hunger in L.A., de la Peña utilizó audio real de un banco de alimentos para recrear una escena en la que un hombre diabético se desplomaba mientras esperaba en la fila para recibir comida. Este innovador trabajo se convirtió en 2012 en el primer proyecto de realidad virtual presentado en el prestigioso Sundance Film Festival, consolidando la realidad virtual como un medio serio para la narración y posicionando a Nonny como una precursora que desafía los límites del periodismo y la tecnología.
“No soy experta en codificación; tuve que aprender estudiando videos de YouTube y pedir favores constantemente para avanzar en mis proyectos”, confiesa Nonny sobre sus primeros experimentos, demostrando que para los visionarios nada es imposible. Al desarrollar una pieza sobre refugiados sirios destinada al Foro Económico Mundial, enfrentó desafíos significativos. “Pasaba horas intentando programar elementos específicos, como hacer que una rueda girara y recrear una explosión en un entorno de realidad virtual”, recuerda sobre el reto de reproducir las caóticas calles de una zona de guerra.
EXPLORANDO NUEVAS FRONTERAS
La inteligencia artificial ha emergido como una aliada poderosa, permitiéndole resolver cuestiones técnicas con creciente facilidad, liberando espacio para su creatividad. “Alguien me dijo, ‘El tren de la IA está avanzando a toda velocidad; o te subes en él, o te atropella,’ y no podría estar más de acuerdo.”
De la Peña encuentra particularmente prometedora la aplicación de la IA en la fotogrametría y el 3D Gaussian Splatting (GSplats), tecnologías que permiten crear escenas 3D cada vez más complejas. “Con la IA, se está volviendo más fácil capturar nuestro mundo —y a las personas— en tres dimensiones, tal como existen en la realidad”, dice con entusiasmo, aunque advierte sobre los nuevos desafíos que estos avances conllevan. “A medida que avanzamos en esta era, la pregunta es: ¿cómo aseguramos la autenticidad de los archivos que estamos capturando?” reflexiona.
La solución, opina Nonny, consiste en aprovechar las nuevas tecnologías para mejorar la integridad del contenido digital. “La IA puede ayudarnos adjuntando metadatos a las imágenes que componen una escena 3D. De esta manera, podemos rastrear la procedencia del contenido, incluso ponerlo en la blockchain para verificar sus orígenes.” Señala que los principales fabricantes de cámaras ya están implementando técnicas similares, incrustando metadatos en cada foto para documentar su procedencia y detalles de captura. Aunque reconoce las preocupaciones sobre la privacidad, especialmente en el periodismo donde la protección de las fuentes es fundamental, ve este enfoque como un paso significativo en la lucha contra la desinformación.
Su colaboración actual con el Centro Nacional de Derechos Civiles y Humanos ilustra el potencial de estas innovaciones. Para una experiencia de realidad virtual sobre la Masacre Racial de Atlanta en 1906, está creando una narrativa inmersiva que da vida a las voces de quienes fueron testigos de ese trágico evento. Utilizando deepfakes generados por IA, resucita figuras históricas como Jesse Max Barber, permitiéndoles relatar los hechos en sus propias palabras. “Es inquietante lo realista que se ve”, admite, asombrada por cómo la IA ha mejorado la calidad de estas reproducciones solo en el último año.
Con su productora Emblematic Group, considerada una de las compañías más destacadas del mundo en realidad virtual, aumentada y mixta, Nonny ha creado numerosas otras experiencias que abordan temas desde el cambio climático hasta la violencia doméstica. Con un equipo multidisciplinario que incluye cineastas, periodistas, diseñadores y desarrolladores de videojuegos, sigue creando entornos inmersivos que permiten a los usuarios interactuar y participar activamente en la historia. Además, están desarrollando herramientas como REACH para hacer accesible el poder de la realidad virtual a una comunidad de creadores cada vez más amplia.
EL FUTURO DE LA REALIDAD VIRTUAL
Democratizar el acceso a la educación y la tecnología ha sido central en una trayectoria definida por la inclusión, algo que cobra aún más relevancia en su labor como profesora de periodismo inmersivo en Arizona State University. “Decidí unirme a ASU porque su programa es muy accesible y está enfocado en estudiantes de primera generación”, dice Nonny, quien, habiendo asistido a instituciones de élite, comprende las barreras económicas que muchos enfrentan. “Mi experiencia ha sido increíble. Mis estudiantes están ganando premios importantes y el programa ha crecido exponencialmente”, comenta con orgullo.
Además de su labor docente, de la Peña dedica parte de su tiempo a recaudar fondos para becas, abriendo puertas para que cada vez más estudiantes de recursos limitados puedan crear sus propios mundos inmersivos. Sus alumnos exploran constantemente no solo los límites de lo posible, sino también los de lo responsable, subrayando la importancia de utilizar estas tecnologías de manera ética, dada la inmensa influencia que pueden tener en nuestras percepciones.
“La IA puede ayudarnos adjuntando metadatos a las imágenes que componen una escena 3D. De esta manera, podemos rastrear la procedencia del contenido, incluso ponerlo en la blockchain para verificar sus orígenes.” – Nonny de la Peña.
La misión de Nonny es no solo asegurar que la próxima generación de periodistas sea tan diversa como las historias que cuentan, sino también impulsar a los jóvenes narradores a que sigan rompiendo las barreras que ella comenzó a derribar “No se trata solo de cambiar quién cuenta las historias, sino de transformar cómo se cuentan,” concluye.
A través de su obra, pero sobre todo de su humanidad, Nonny nos invita a explorar lo más profundo de nuestro ser, confrontándonos con realidades difíciles de ignorar. Sus historias no solo nos sumergen en nuevas perspectivas, sino que nos retan a vernos reflejados en las vivencias de otros, recordándonos que, en nuestra fragilidad compartida, reside la verdadera posibilidad de conexión.
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