Los lideres políticos han depredado las haciendas públicas, tierras, recursos renovables y no renovables, culturas, … En notas de transparencia, nos dicen de casas, edificios, empresas, playas, paraísos fiscales… ¡A pesar de todo México no se acaba! Nuestras riquezas son impresionantes; una disculpa por el mío posesivo, empero, en todos sentidos la riqueza nacional es mucha, es de todos, no pertenece a nadie.
En el ámbito de la naturaleza, la diversidad de ecosistemas, toda la clasificación de territorios, reservas de la biósfera, parques nacionales, flora y fauna. Bajo la tierra riquezas explotadas y muchas no conocidas… Topográfica: montañas, volcanes, mesetas, valles, costas, que contribuyen a la riqueza natural y paisajística del país. Climatológica: desde áridos, templados, hasta tropicales. Subsuelo, recursos minerales: plata, oro, cobre, plomo, zinc, petróleo, gas natural…, que son cruciales para la economía.
Cultural, mezclas de tradiciones, costumbres, autóctonas, hispánicas, deconstruidas. Civilizaciones: mayas, mexica, y un largo etcétera. Una abundante historia cultural: arquitectura, música, gastronomía, literatura, poesía, pintura, escultura…, intercambios que dan origen a nuevas manifestaciones estéticas. Lenguas indígenas y tradiciones locales siguen siendo una parte vital de nuestra identidad. Arte: pirámides, ciudades antiguas, murales de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Frida Kahlo, Posada, Manuel M. Ponce, Herrán, Contreras…; Artesanías: cerámicas, textiles, tallados…; Música, danza, baile, Mariachi…, diversidad cultural de México, uno de sus mayores tesoros.
La gente de México es uno de los aspectos más fascinantes y valiosos del país, más de 60 grupos étnicos indígenas, con sus propias lenguas, tradiciones y formas de vida. Estos grupos incluyen nahuas, mayas, zapotecos, mixtecos y muchos más. Reconocimiento de su hospitalidad y calidez. Su creatividad es parte integral de la vida compartida. Su gran resiliencia y solidaridad en tiempos de adversidad, característica admirable de su sociedad. Impulsadora de innovación y desarrollo.
Las universidades y centros de investigación forman profesionales altamente capacitados que contribuyen al avance científico y tecnológico. Un creciente interés en el emprendimiento y la creación de nuevas empresas. Las instituciones, son rostro del Estado Democrático de Derecho, ¡hasta ahora! Deberemos defenderlas a toda costa, pues es el eje de la fortaleza y calidad patrimonial, económicas, políticas y sociales. Instituciones macroeconómicas sólidas, una economía abierta al comercio y una base manufacturera diversificada que está conectada a cadenas de valores globales.
Con sus contradicciones agudas, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, el 1% más rico de la población posee el 41.2% de la riqueza total del país. Esta concentración es aún mayor en los activos financieros, donde el 1% controla el 87.9% de la riqueza financiera. Reto que solo se puede abatir con política, educación y cultura. Empero, las instituciones juegan un papel fundamental como garantes del Estado de Derecho.
Todas estas riquezas y más, no se agotan a pesar de los gobiernos y sus pírricos alcances y ocurrencias. Si la reforma al poder judicial se consuma, la nueva etapa nos llevara a una profunda crisis de justicia y, la narrativa se desarrollará por los gobernantes en el tono de lo justo, como si fuera tema de fe. El poder unipersonal no fue una buena página de nuestra historia, nos enseñó que los equilibrios son esencia democrática. Nietzsche nos lo dijo, “el eterno retorno a lo mismo…”. Ante el fracaso obstinado de los partidos políticos, de la calidad de “políticos” en un narcicismo estrambótico y ambiciones que dejan “al pueblo bueno y sabio” en estado de indefensión. Es preciso formar gobernantes al servicio de la sociedad, verdadero campo de la política, la única salida ante la falta de lideres e interlocutores es una expectativa civil para convivir en la política y conquistar la simpatía ciudadana y tomar el sentido adecuado para la sociedad.
Es la hora del destierro de liderazgos almidonados en narrativas inverosímiles. Ante ello las signaturas de auditoría ciudadana pendientes, son: impulsar un legislador que se aboque a su responsabilidad de crear leyes deseables que se apliquen de manera justa y equitativa, que supervise al gobierno; promover un Ministerio Público que promueva la acción de la justicia en defensa de la legalidad y los derechos humanos; supervisar las fiscalías de justicia, que sean un real intermediario entre los ciudadanos y la administración pública, defendiendo los derechos fundamentales y denunciando abusos; auditar que los tribunales interpreten y apliquen la ley, garantizando que se respeten los derechos y libertades establecidos en la Constitución; verificar a los organismos de Control, Auditoría Superior de la Federación y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, supervisan la gestión pública y aseguran la transparencia y rendición de cuentas.
Estas asignaturas, entre otras, son pendientes de la auditoría ciudadana, guisa esencial para mantener un equilibrio de poder y asegurar que el Estado de Derecho prevalezca.
¡Cuidemos nuestros derechos y libertades!
¡Protejamos y respetemos nuestra Constitución Política!