El barbo leopardo o benekli barbus es una especie de pez de agua dulce de las más amenazadas del mundo y por ello en peligro de extinción. En países como Siria, Irán e Irak hasta ahora se creía que estaba totalmente desaparecido debido a la contaminación masiva que sufren sus aguas; sin embargo, el pez fue avistado en Cizre, en el sur de Turquía, anunció el ministro turco de Agricultura, Ibrahim Yumaklı, este jueves 18 de enero.
“El barbo leopardo, que figura en la lista roja y está entre los diez peces más buscados en el mundo, fue detectado en aguas turcas”, anunció Ibrahim Yumaklı en la red social X. “Avistado por última vez en Siirt en 2012, el redescubrimiento del barbo leopardo en nuestras aguas después de tantos años es una buena noticia para la protección y el desarrollo de la biodiversidad de nuestro país”, añadió.
EL BARDO LEOPARDO ESTÁ EN PELIGRO ‘CRÍTICO’
El barbo leopardo, de su nombre científico Luciobarbus subquincunciatus, se caracteriza por sus manchas negras. Es considerado en “peligro crítico” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Las oenegés de protección del medioambiente Shoal y Re:wild lo incluyeron entre las diez especies de peces más amenazadas del mundo.
Según las oenegés, el barbo leopardo solía abundar en las aguas del Tigris y del Éufrates, los dos ríos que delimitaban Mesopotamia atravesando Turquía, Siria e Irak. La pesca, la contaminación, la destrucción del hábitat y la construcción de presas llevaron a esta especie al borde de la extinción. Un cuarto de los peces de agua dulce están amenazadas de extinción, según un estudio reciente de la UICN.
LA LONGITUD DEL PEZ BARBO LEOPARDO
El bardo leopardo alcanza una longitud de cuatro a cuatro y medio centímetros. La cabeza, no demasiado grande, se prolonga en su cuerpo alargado, muy esbelto y comprimido lateralmente. La coloración básica es amarillo dorada. El pez tiene una banda difusa longitudinal plateada, que atraviesa los flancos desde el opérculo branquial hasta el nacimiento de la aleta caudal.
El vientre puede ostentar tonalidades blancas brillantes, pero la característica diferencial es la librea, salpicada por diminutas manchas negras o pardas muy oscuras, que recuerda la moteada piel del félido salvaje. El dimorfismo sexual en los ejemplares adultos, que han alcanzado la madurez, no es demasiado evidente. Sin embargo, los machos son más esbeltos y ligeros que las hembras, tripudas y de abdomen redondeado. N