Las regiones o territorios realmente ¿podrán ser arquitectos de su propio destino económico? o simplemente reaccionan a las oportunidades y condiciones que se presentan. ¿El desarrollo económico de una ciudad o un estado es circunstancial?, ¿Es posible inducir el tipo de desarrollo deseado?, ¿Qué tanto control se puede tener?, ¿A quien le corresponde esta tarea?. Como empresarios y ciudadanos nos hacemos estos cuestionamientos, sin duda porque deseamos prosperar y encontrar oportunidades de desarrollo personal y de nuestras familias. Lo más probable es que pensemos que eso le corresponde al gobierno y no nos involucramos en el proceso, solo intentamos adaptarnos a los cambios y las oportunidades que se presenten.
Sin embargo, en muchas regiones del mundo sí han logrado incidir en su destino económico y en crear las condiciones que permitan que se den las oportunidades deseadas. De hecho, existe toda una base de conocimiento sobre como hacerlo, herramientas, mejores practicas y organizaciones a nivel internacional dedicadas a este tema, desde el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en América Latina la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) afiliada a las Naciones Unidas, entre otras.
En México sin duda un principal responsable es el Gobierno en sus tres niveles, es su obligación por ley el planear el desarrollo (Ley de Planeación – https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LPlan.pdf). La ley establece que la planeación debe ser democrática, participativa y descentralizada, así los tres niveles de gobierno involucran a la sociedad en general y al sector privado para la publicación de los Planes de Desarrollo nacional, estatal y municipal. De ahí se derivan políticas públicas y programas de gobierno, de corto y mediano plazo. Esto sucede cada nueva administración pública, lo malo es que no coinciden en tiempos y de ideas políticas, con muy poca continuidad de largo plazo.
El crear las condiciones necesarias para generar las oportunidades deseadas toma mucho tiempo, requiere de transformaciones graduales y de decisiones estratégicas. Por lo general son pocos los recursos disponibles y se debe discernir en donde se deben de invertir, escoger muy bien y hacer los sacrificios necesarios. Este proceso de selección estratégica requiere de consensos y de acción colectiva, ya que el gobierno no puede solo y debe trascender las administraciones públicas. Para darle seguimiento a las acciones de largo plazo se requiere de una estructura organizacional que trascienda los periodos de gobierno y que sea capaz de integrar la participación de otros sectores incluyendo a las empresas, sociedad civil (ONGs) y sector educativo, lo que hoy se conoce como la cuádruple hélice.
Un gran ejemplo de acción colectiva a nivel regional es el del País Vasco en España, que en los años 80s su PIB per Cápita era aproximadamente un 30% inferior al promedio europeo y hoy en día lo supera ligeramente. Su estrategia se basó en la acción colectiva de gobierno, industria, sistema educativo y ONGs. En un principio basaron sus acciones en las teorías de aglomerados desarrolladas por el Profesor Michael Porter de la universidad Harvard, que ahora ha evolucionado a su propio modelo de desarrollo y el de la plataforma S3 de la Unión Europea (Smart Specialización Strategy- https://s3platform.jrc.ec.europa.eu/ ) y la política de Industria 5.0 integrando la sostenibilidad. Un actor clave en este proceso ha sido el Instituto de Competitividad Orkestra (https://www.orkestra.deusto.es/es/ ). Durante este periodo el País Vasco logró transitar de una economía de bajo valor agregado a una de alto valor agregado basado en el conocimiento, pasó de tener en los 80s el 0.4% de su empleo dedicado a tareas de investigación y desarrollo tecnológico a más del 12% hoy en día.
En Baja California se han hecho intentos discontinuos por lograr una plataforma de acción colectiva similar, en la que participa el gobierno estatal y el sector privado principalmente, y la cual se fundamenta en una Política de Desarrollo Empresarial, su ultima versión publicada en 2021 y originalmente en el 2005. Como toda estrategia su operatividad y seguimiento son necesarias para lograr los objetivos deseados, y desafortunadamente este proceso no ha sido regular ni colectivo. La participación del sector empresarial en este proceso de operatividad se realiza a través de los CCEs y los Consejos de Desarrollo Económico de los municipios. A diferencia de la región del País Vasco en España, y a pesar de ser vecinos de la economía más dinámica del mundo, el Estado de California en Baja California en términos reales entre el 2000 ($182 mil 496) y el 2019 ($160,898.20), el PIB per cápita se redujo -11.8%, según datos de la misma PDE-BC 2021. Hay tarea pendiente, trabajemos por una acción colectiva constante y duradera. N
Autor: Dr. Flavio Olivieri, Centro de Excelencia en Competitividad y Emprendimiento de CETYS Universidad.
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