Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha clave para hablar sobre la importancia de nuestro bienestar emocional frente a un alarmante incremento de casos de depresión, ansiedad y estrés en todo el mundo.
Tan solo en Estados Unidos, se estima que uno de cada cinco adultos vive con una enfermedad mental, de acuerdo con la American Public Health Association (APHA). A nivel mundial, los casos de ansiedad y depresión aumentaron hasta en 25% durante el primer año de pandemia por covid-19, según los datos de la Organización de las Naciones Unidas.
Ante estos retos la capacitación de la siguiente generación de profesionales de la salud mental es clave, por lo que para el Doctor Nelson Soto no hay nada más gratificante que responder a este llamado.
De origen portorriqueño, uno de sus principales objetivos es asegurar que todas las personas, con énfasis en los latinos, tengan acceso a atención médica de calidad. Y es que de acuerdo con Soto, aún se debe trabajar para eliminar barreras e integrar la psicoterapia y otros cuidados de salud mental en las comunidades latinas. Según la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA), solo el 35.1% de los latinos con una alguna condición de salud mental recibieron ayuda profesional en el 2020.
Por ello Soto prioriza su compromiso con este segmento, cuyos lazos también radican en los orígenes de la institución. Su fundador, el portorriqueño Carlos Albizu-Miranda, fue el primer presidente de la National Hispanic Psychological Association y uno de los primeros hispanos en obtener un doctorado en psicología en los Estados Unidos, con lo que se estableció como un psicoterapeuta y académico reconocido en todo el país.
La misión de Albizu —explica Soto— fue enfocarse en la comunidad hispana porque se dio cuenta que en Estados Unidos, tanto el enfoque de los servicios proporcionados, como la literatura académica, no estaban diseñados para esta población. Así que en 1966, con 900 dólares en el bolsillo, Albizu decidió fundar una Universidad para responder a estas necesidades. “Carlos Albizu dejó un legado importante en cuanto a la preparación de profesionales de la salud mental, y la empatía era una parte central de la educación. El doctor decía: ‘Más allá de el saber, está el amor”, recuerda.
Para Soto hay varios factores que deben considerarse al tratar la salud mental de los latinos. Entender su contexto de vida, independientemente de su país de origen, es importante para establecer una buena comunicación. Ademas hay que tomar en cuenta los niveles de estrés de los pacientes, ya que muchos de ellos tienen hasta dos o tres trabajos para sostener su costo de vida. Finalmente el aislamiento es común, ya que muchos dejan atrás a sus seres queridos en busca del sueño americano.
Y es en las nuevas tecnologías en donde en Albizu exploran respuestas a algunos de estos desafíos académicos y profesionales. Según Soto mediante la aplicación de la inteligencia artificial podrán capacitar a los estudiantes con mejores herramientas. “Nuestro objetivo es que puedan puedan practicar con diferentes escenarios y pacientes a traves de estas tecnologías, para que puedan convertirse en mejores terapeutas”, explica.
Otra aplicación es la personalización de los tratamientos mediante el análisis de data, lo que también puede arrojar información más precisa sobre las respuestas a diferentes terapias.
Pero la innovación que para Soto implica el mayor impacto es la implementación de la telemedicina. “Las poblaciones de inmigrantes que tienen tres o cuatro empleos son los últimos en cuidar de sí mismos. A través de la telesalud podrán conectarse, utilizando su celular o cualquier otro dispositivo, con sus terapeutas o profesionales de salud mental. Trabajar en capacitar a las nuevas generaciones con estas tecnologías es algo que me emociona”.
Soto también encuentra esperanza en el cambio de mentalidad que percibe en los jóvenes. “Estamos viendo cómo las nuevas generaciones están aceptando el papel de la terapia en su vida, y el valor y beneficio de cuidar de su salud mental. Creo que hay personas de mi edad que están luchando con esto, porque la idea de mi generación es ‘la terapia no es para nosotros’”. Soto considera que en las sociedades latinoamericanas, el machismo también ha perpetuado la idea de que los hombres no pueden hablar de sus emociones. “Esa fue una de las principales barreras”, comenta.
En la matrícula de la carrera de Psicología predomina la representación femenina, pues el cuidado de las emociones está más ligado a la tareas de las mujeres. Por ello, dice Soto, “necesitamos preparar a más hombres, especialmente hombres de color, hombres latinos, para entrar en este campo, para trabajar en contra de esa suposición de que si vas a terapia como hombre eres débil. Tenemos que ir en contra de los estereotipos”.
Nelson Soto sale a caminar todas las mañanas, acude a su iglesia local cada domingo, y de vez en cuando apaga su celular para conectarse con el presente. “El autocuidado es simplemente asegurarte de estar en sintonía con quién eres y también ser respetuoso con aquellos que están pasando por sus propios procesos, es simplemente ser conscientes”.
Algunas de los hábitos que recomienda la OMS para el cuidado de nuestra salud mental son:
-Seguir una rutina.
–Levantarse y acostarse todos los días a una hora similar.
-No descuidar la higiene personal.
-Establecer horarios fijos para tus alimentos.
-Hacer ejercicio.
-Establecer horarios para trabajar y para descansar.
-Reservar tiempo para hacer cosas que le gusten.
-Dedicar espacios para la interacción social.
-Evitar el uso y consumo de alcohol y drogas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como el estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. N
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