Al final del proceso del Frente Amplio por México que agrupa al PAN, PRI y PRD, ha quedado claro que su candidata más competitiva es Xóchitl Gálvez. Así se percibe en sus reuniones a lo largo y ancho del país, lo dicen sus dirigencias y también los analistas políticos.
Su intempestiva candidatura tomó a todos por sorpresa, a las fuerzas oficialistas y a las opositoras por igual. Beatriz Paredes ha dado una batalla singular, una de las más importantes de su vida política que ha sido prolífica, y su experiencia le ha dicho con toda seguridad, que hacerse de la candidatura sería ir a una derrota segura pues no genera los entusiasmos que genera su opositora. Si alguna de las dos puede dar la pelea en 2024, esa es Xóchitl y Beatriz lo sabe.
A invitación de Santiago Creel, Xóchitl aceptó dejar una casi segura candidatura por el frente al gobierno de la Ciudad de México, para buscar la de la presidencia. Lo hizo con generosidad y ha recogido los frutos que le dan su cercanía con la gente, su manera sencilla de hablar, su honestidad que se le puede percibir, y sobre todo la claridad de sus ideas que transmite en un lenguaje que el elector entiende. El percibir que es la candidata a quien López Obrador teme, a juzgar por los constantes ataques que recibe en la mañanera, ha elevado la popularidad de la hidalguense que ha sabido crecerse a los embates presidenciales.
Distinto es el panorama para la elección general. Según las encuestas Claudia Sheinbaum, sigue al frente hasta por 15 puntos porcentuales de ventaja, que por otro lado no son muchos si consideramos que ella tiene al menos 1 año en campaña abierta, mientras que Xóchitl tiene solo dos meses.
9 meses faltan para que México de a luz a su presidente para el período 2024 a 2030, y todo apunta a que será una mujer. N