Siempre hay algo nuevo que se puede hacer. Sin fórmulas, sin predisposiciones frente al papel o al lienzo en blanco. “Make it new”, de acuerdo con el imperativo de Ezra Pound. La artista mexicana, Rosalía Briones, se obliga a redescubrir las posibilidades expresivas del color y la forma dentro de cada obra. La valentía de partir de cero, despojarse de convenciones y comenzar otra vez.
Sólo así consigue que cada nuevo dibujo o pintura sea una suerte de revelación: lo que estaba oculto esperando a ser develado a base de trazos, contrastes, sombras, transparencias. Así logra una obra que evoca a otros artistas que también han vivido su oficio como experimentación y redescubrimiento constante, pero que al mismo tiempo es profundamente individual.
La artista comenzó su larga carrera realizando estudios de pintura, tapiz y cerámica. Estudió grabado en los talleres de Santo Domingo, México. Llevó a cabo residencias en Estados Unidos y Europa en talleres especializados en grabado, pintura y elaboración de papel hecho a mano. Ha participado en bienales, concursos, salones, exposiciones individuales y colectivas. En 1973 obtuvo el primer lugar en pintura y una nominación en grabado en el Concurso Nacional de Artes Plásticas.
La obra de Briones forma parte de importantes colecciones en Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra y México. Su influencia proviene principalmente del expresionismo abstracto de la escuela norteamericana. El trabajo tiene una importante carga matérica, experimentando con todo tipo de materiales y contrastando diversas técnicas. A lo largo de su trayectoria ha demostrado una gran versatilidad y dinamismo, aproximándose a diversos lenguajes pictóricos, pero con la exploración de las nuevas posibilidades expresivas de la pintura como máxima constante.
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