Hola queridos lectores, en estos días asistí a un par de asambleas generales ordinarias de asociaciones con las que estoy relacionado, la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), por un lado y la Asociación Mexicana de Profesionales en Ferias y Exposiciones Comerciales (Amprofec), por el otro.
Lo que me llamó poderosamente mi atención es que en ambos eventos se resaltaron los grandes esfuerzos y logros alcanzados en materia de profesionalización y capacitación gremial, gracias al apoyo de universidades e instituciones de educación superior como el Tec de Monterrey, la Universidad Panamericana, la Universidad Anáhuac y el ITAM. Se puso mucho énfasis -por parte de los integrantes de las respectivas directivas- en la importancia de la certificación profesional que puede hacer la diferencia, para que los empresarios y colaboradores de las empresas asociadas logren un trabajo productivo y de alta calidad.
Como dijo Henry Ford: “Sólo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos para que se queden”. Y es que esta frase tiene un trasfondo súmamente poderoso, porque en los tiempos modernos que vivimos la competencia se da a nivel internacional y los clientes cada vez son más exigentes en cuanto a la calidad de los productos y servicios a adquirir; pero se han vuelto más exigentes con la propia experiencia de compra, que la mayoría de las veces resulta desastroza cuando no se cuenta con personal adecuadamente capacitado.
Pero, entonces ¿dónde queda el sistema educativo en el país, que se supone nos ayuda a generar a los profesionales que participan en las distintas actividades en nuestras empresas? Pues es lamentable reconocer que nuestro sistema educativo está roto y que tiene retrasos impresionantes contra otros países, como, por ejemplo; Corea del Sur.
Hace poco más de 16 años el entonces ya ex Rector de la UNAM, el Dr. Juan Ramón de la Fuente, nos platicó en una conferencia magistral, en el marco de la Expo Capacítate Empresarial, que México había perdido el rumbo en sus programas educativos a nivel universitario y técnico, y que ya para ese entonces se observaba un retraso de 30 años contra el nivel alcanzado por Corea del Sur en los programas de Ingeniería y Matemáticas. No me quierno ni imaginar cómo estamos al día de hoy, pero lo cierto es que tenemos que hacer un gran esfuerzo en las empresas para darle la preparación adecuada a las personas que colaboran con nosotros, si es que queremos aumentar la productividad de nuestras empresas y estar así en condiciones para competir a nivel internacional.
¡Bravo por la Asociación Mexicana de Franquicias, Bravo por la Asociación Mexicana de Profesionales en Ferias y Exposiciones Comerciales y Bravo por todas aquelllas organizaciones que están haciendo lo propio!
Por Jaime Salazar Figueroa, CEO de Comexposium para LatAm
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