El pasado 3 de agosto de 2022, una tragedia ocurrió en una mina de Coahuila, cuando la entrada de agua al pozo de carbón “El Pinabete” dejó súbitamente atrapados a diez trabajadores. Aunque durante un mes intentaron rescatarlos, la inundación no permitió avanzar en la búsqueda. Sin embargo, este solo fue otro caso de tantos que atraviesa el sector y que ha dejado numerosos mineros fallecidos. Y en donde el riesgo ya es latente ante traumas físicos, intoxicaciones y condiciones psicosociales por las arduas jornadas de trabajo y fatiga.
Uno de los acontecimientos más funestos fue el de la mina 8, Unidad Pasta de Conchos. Esta se ubica en el municipio de San Juan de Sabinas, también en el estado de Coahuila. En febrero de 2006, sufrió una terrible explosión por una acumulación de gas metano que vio aumentados sus efectos debido a las condiciones deplorables de seguridad en la zona.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la explosión en la mina, propiedad de la empresa Grupo México, del empresario Germán Larrera, dejó quemaduras de primer y segundo grado a 11 trabajadores que lograron salir. No obstante, 65 mineros murieron. Lo anterior representó un incumplimiento a los reportes de fallas de seguridad. En la última inspección, realizada en 2004, se asentaron 43 violaciones directas a la norma de seguridad e higiene. Por lo que se ordenaron 48 medidas, algunas de ellas en extrema urgencia.
ALTAR EN MEMORIA DE LOS MINEROS FALLECIDOS
Ante los hechos pasados, bajo una narrativa de la dignificación de la muerte como común denominador entre las familias mexicanas, la colocación de altares y ofrendas se han convertido en una tradición cultural viva que celebra lo fúnebre. Con ello se recuerda con cariño y respeto a aquellos que ya no están.
Dentro de este contexto, desde el 2010 el Museo Memoria y Tolerancia, situado en la Ciudad de México, presenta altares para honrar a las personas que por su situación de mayor vulnerabilidad perdieron la vida. Por esta razón, y en solidaridad con los familiares de las recientes víctimas de la mina de carbón en Sabinas, Coahuila, y en Indé, Durango, la ofrenda de este año está dedicada a los mineros mexicanos.
Con el nombre “Dolor en la Tierra”, la ofrenda representa las muertes de mineros en México durante el siglo XXI.
ALGUNAS DE LAS TRAGEDIAS
- Pasta de Conchos, Coahuila (2006): Una explosión de gas provocó la muerte de decenas de mineros, sus cuerpos aún permanecen en la mina.
- Sabinas, Coahuila (2006): Otra explosión de gas al interior de un pozo de carbón privó de la vida a 14 mineros y un adolescente de 15 años perdió sus extremidades superiores.
- Progreso, Coahuila (2012): La formación de una bolsa de gas provocó el derrumbe de aproximadamente 100 toneladas de carbón, accidente que dejó sin vida a seis trabajadores.
- Unidad MIMOSA, Coahuila (2017): Dos mineros perecieron a causa del colapso en el municipio de Progreso.
- Francisco I.Madero, Hidalgo (2018): El desgajamiento de un cerro suscitó la muerte de cinco mineros, quienes quedaron atrapados bajo numerosas toneladas de piedra.
- Sabinas, Coahuila (2022): La inundación de una mina dejó atrapados a 10 mineros, los intentos por rescatarlos resultaron infructuosos.
- Indé, Durango (2022): Un derrumbe en una mina de oro provocó la muerte de una persona al caer sobre él una roca de alrededor de tres toneladas.
LA MINERÍA FIGURA 8 POR CIENTO DE ACCIDENTES MORTALES
A través de un comunicado, el museo apuntó que estas tragedias son las más escuchadas en el país. Sin embargo, existen otros casos silenciados, clandestinos o invisibilizados. Aunque la minería representa el 1 por ciento de la fuerza laboral, figura el 8 por ciento de los accidentes mortales a nivel mundial. El público podrá visitar el altar de manera gratuita del 19 de octubre al 4 de noviembre, en un horario de marte a domingo de 10:00 a 18:00 horas.
“Estos trabajadores están expuestos a un constante riesgo por derrumbe de túneles, laborar sin luz natural y ventilación, contratación informal e ilegal por emplear menores de edad. Este altar también es un llamado para generar empatía y levantar la voz para que el sector minero garantice condiciones laborales dignas conforme a los derechos humanos y los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA)”, sentenció. N