En 2008 Estados Unidos producía alrededor de 5 millones de barriles diarios de petróleo crudo y tenía una demanda de 19.7 MBD (miles de barriles diarios), dependiendo de las importaciones que pudiera realizar dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y fuera de esta. En ese momento el mercado era controlado por los países que integraban la Organización.
En este año, Rusia producía 9.2 MBD y Arabia Saudita, 9.4 MBD. Entre ambos aportaban alrededor del 26 por ciento del total de la producción mundial. Estados Unidos representaba solo el 7 por ciento e importaba gran parte de estos dos países para su consumo.
Ante esta situación, a partir de 2008 surge en Estados Unidos una política pública para permitir y dar localizaciones federales para realizar inversiones en formaciones de shale(baja permeabilidad) para perforar, estudiar y explotar. El objetivo fue el disminuir el volumen de las importaciones de crudo para sus refinerías, y con ello el poder controlar e influir el precio en el mercado mundial. Como causa inmediata, el bajar y controlar los precios de los combustibles para los consumidores del país de las barras y las estrellas.
Ellos lograron lo planeado en 2015, al llegar a un promedio de 12.98 MBD, permitiéndose al mismo tiempo eliminar la prohibición de exportaciones que tenían reducir las importaciones de crudo. En el intervalo de crecimiento de producción, sus refinerías invirtieron en adaptarse a un crudo de entrada de mediano a uno ligero. El propósito fue para producir una mayor cantidad de gasolinas y diésel de bajo azufre, debido a que el contenido de azufre del crudo obtenido de las formaciones de shale estaba por debajo del 1 por ciento.
EL PRIMER PRODUCTOR MUNDIAL DE CRUDO
Rusia y Arabia Saudita, en este año, observaron que Estados Unidos se había convertido en el primer productor mundial de crudo, pasando de tener un 7 por ciento del total a un 17 por ciento en menos de una década. Esto fue observado por una amenaza para la OPEP, países que en gran parte dependen de las exportaciones de crudo para sus ingresos en el país.
Estados Unidos se convirtió en una amenaza para la OPEP y para algunos países que no pertenecían a ella. Todo derivado de que dejó de importar una gran parte de crudo, y al mismo tiempo entró en la competencia en el mercado de exportaciones, colocando su crudo en diferentes mercados, donde los países de la OPEP tenían el control.
Ante esta situación surge la OPEP+, cuyo objetivo fue crear un bloque de países que exportaban crudo a Estados Unidos y hacer frente para que este país no controle el precio del barril comercializado en el mundo.
La OPEP+ es encabezada por Arabia Saudita, por el lado de los países pertenecientes a la OPEP, y los no OPEP, por parte de Rusia, ambos países con la mayor producción en este acuerdo-organización celebrado en 2016.
La disputa en 2022 no está centralizada en ayudar a los países que dependen de comprar crudo o vender como exportación, no es el mercado actual. Es el cómo mantener a raya a una economía que influye en el mundo al hacer transacciones financieras, comerciales e inversiones en dólares estadounidenses. El tener a Estados Unidos fortalecido no conviene a muchos ante la pérdida de valor de su moneda ante el dólar.
LA OPEP Y SUS ALIADOS
Por tal motivo, la única herramienta de países como Arabia Saudita y Rusia para hacer frente es incrementando el precio de barril. Así se afecta en forma directa el precio de los combustibles (demanda de gasolinas, 9 millones de barriles diarios y diésel, 4 millones) en el mercado estadounidense. Recordemos que la economía de nuestro vecino no depende de las exportaciones de crudo como ingresos directos como Rusia, sino de los impuestos que se pagan en toda la cadena de hidrocarburos desde la extracción de crudo/gas, transformación y comercialización.
¿Por qué disminuyeron 2 millones de barriles? Fue para reducir la brecha física de algunos de los países de la OPEP+ que no han podido llegar a la meta. Esta consiste en incrementar la producción, lo cual ha generado una distorsión de incertidumbre en el mercado. Al hacer esto ayudan a cerrar en papel los 3 millones que tenían de diferencia a tan solo 1 millón. Indican con eso que la demanda no se ha recuperado, y ante una recesión, no es bueno para el mundo producir mucho. Esto último derivado de que Estados Unidos ha incrementado su producción en los últimos 12 meses de 11 millones a 12 millones de barriles diarios. Y con ello puede influirse en forma más directa en el precio del barril.
COMERCIO Y ECONOMÍA
Ante esta situación, la meta estadounidense es llegar y mantener en 13 millones de barriles diarios la producción de crudo. Busca continuar siendo el primer productor mundial. Ello ante una Rusia que disminuirá la venta a Europa por las sanciones que empezarán en diciembre. Y que reducirá su mercado a países como China e India debido a los descuentos de entre 25 y 30 dólares que están otorgando a cada barril que es comercializado a estas naciones.
La OPEP+ no es un acuerdo político ni ideológico. Es un asunto de índole comercial y económica global. Y hoy es usada por países que dependen de los ingresos petroleros como un medio diplomático para influir en el mercado internacional. Y, al mismo tiempo, afectar en la guerra mundial económica-energética que está llevándose en curso a partir de abril de 2022 y ha traído como consecuencia alta inflación y posibles recesiones. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Es autor del canal Energía sin política. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.