El huracán Ian tocó tierra ayer viernes 30 de septiembre en Carolina del Sur, sureste de Estados Unidos, con fuertes vientos, lluvias torrenciales y peligrosas crecidas de agua después de devastar partes de Florida.
El huracán, de categoría 1, se abatió cerca de Georgetown, Carolina del Sur, a primera hora de la tarde, acompañado de vientos de hasta 140 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) estadounidense.
El presidente Joe Biden instó a los residentes a prestar atención a los llamados de precaución de los funcionarios locales, quienes pidieron a la población no circular por las vías invadidas por el agua.
“Esta es una tormenta peligrosa que traerá fuertes vientos y mucha agua, pero lo más peligroso será el error humano. Sea inteligente, tome buenas decisiones, controle a sus seres queridos y manténgase a salvo”, tuiteó el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster.
Se espera que el huracán se “debilite rápidamente” a medida que avanza tierra adentro, según el NHC.
En Florida, el balance de pérdidas humanas por Ian aún es muy preliminar. Las autoridades reportaron 21 muertes, 20 de las cuales estaban “sin confirmar” si fueron causadas directamente por el huracán.
PÉRDIDAS DESCOMUNALES TRAS ‘IAN’
En cuanto al balance material, es “histórico” para Florida, al no tener precedentes el nivel alcanzado por la crecida de las aguas, según el gobernador de este estado, Ron DeSantis. Iandejó calles y casas inundadas y barcos amarrados en los puertos deportivos arrojados a tierra.
El viernes, en Kissimmee, no lejos de Orlando, las autoridades cruzaron las zonas inundadas en botes para rescatar a los residentes atrapados en sus casas.
En Florida “recién estamos comenzando a ver el alcance de la destrucción”, dijo el presidente Biden en un discurso. “Es probable que esté entre las peores (…) en la historia de la nación”.
“Todos ustedes lo han visto en la televisión, casas y propiedades destruidas. La reconstrucción llevará meses, años. Y nuestros corazones están con todas aquellas personas cuyas vidas fueron absolutamente devastadas por la tormenta”, dijo Biden.
Hasta ayer viernes, alrededor de 1.9 millones de clientes permanecían sin electricidad en el estado, según el gobernador de Florida.
Según estimaciones iniciales, el paso del huracán Ian podría costar a las aseguradoras hasta 47,000 millones de dólares y afectará negativamente en el crecimiento estadounidense, debido sobre todo a los cortes de energía, cancelaciones de vuelos y daños a la producción agrícola.
CÓMO SE CLASIFICA UN HURACÁN
La clasificación de los huracanes está determinada por la escala Saffir-Simpson, la cual confiere a estas tormentas una calificación que oscila de 1 a 5 dependiendo de la velocidad sostenida de los vientos huracanados.
Sin embargo, dicha escala no toma en cuenta otros aspectos destructivos de la tempestad. Y de ellos, el más mortífero es la marejada ciclónica, considerada la principal causa de pérdidas humanas asociadas con los huracanes que han asolado el territorio de Estados Unidos.
CATEGORÍA 1
Un huracán de categoría 1 arrastraría vientos sostenidos de 74 a 95 millas por hora (119 a 153 kilómetros por hora). Estas condiciones provocarían la caída de árboles, podrían dañar los tejados de viviendas bien construidas y, posiblemente, el tendido eléctrico, lo que resultaría en cortes de energía que podrían prolongarse varios días.
CATEGORÍA 2
Un huracán de categoría 2 alcanzaría vientos sostenidos de entre 96 y 110 millas por hora (154 a 177 kilómetros por hora). Causaría daños importantes en los tejados y revestimientos de las casas, mientras que los árboles caídos bloquearían muchas vías de circulación vehicular.
Cabría esperar que la interrupción del servicio eléctrico fuera casi total y persistiera durante varios días o, incluso, algunas semanas.
CATEGORÍA 3
La categoría 3 se considera el primero de los tres tipos de huracanes más peligrosos, con vientos sostenidos de entre 111 y 129 millas por hora (178 a 209 kilómetros por hora), que causarían graves daños en los edificios bien construidos.
Entre tanto, los cortes en el servicio eléctrico y en el suministro de agua podrían prolongarse varios días o semanas.
CATEGORÍA 4
Según la descripción del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, los vientos de un huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson alcanzan velocidades de entre 130 y 156 millas por hora (210 a 250 kilómetros por hora).
Estos tienen el potencial de dejar daños “catastróficos” al ocasionar que las viviendas bien construidas pierdan la mayor parte de sus tejados y muros exteriores.
Entre tanto, los vientos huracanados arrancarían la mayor parte de los árboles del área; los cortes de energía durarían semanas o incluso meses; y la zona afectada se volvería inhabitable, también durante semanas o meses.
CATEGORÍA 5
Considerado el más destructivo, un huracán de categoría 5 tendría vientos sostenidos de 157 millas por hora o más (251 kilómetros por hora o más). Un alto porcentaje de los edificios sufriría el colapso total de muros y tejados. Y, nuevamente, el área afectada quedaría inhabitable durante semanas o meses.
A menudo denominados “huracanes mayores”, las tormentas de categorías 3 a 5 suelen cobrar un importante número de víctimas mortales, y tan solo por la fuerza de sus vientos, afirma el NHC.
La escala Saffir-Simpson no contempla otras consecuencias de los huracanes, las cuales abarcan desde marejadas ciclónicas hasta inundaciones precipitadas por la lluvia y la generación de tornados.
Todo lo anterior obliga a tomar medidas preventivas adicionales, las cuales deben iniciar con la evacuación de áreas vulnerables; en particular, las que se encuentren más expuestas a las marejadas ciclónicas.
El huracán Ian ha cobrado fuerza a su paso por las aguas oceánicas, las cuales aportan la humedad necesaria para nutrir sus nubes de tormenta. Otro factor que contribuye a la fuerza del huracán es la temperatura templada de la superficie del mar, ya que la evaporación empuja agua hacia la atmósfera inferior y calienta el aire. A su vez, esto ocasiona que los vientos huracanados aumenten su velocidad y succionen cada vez más agua.
PIERDEN FUERZA EN TIERRA
El sitio Hurricanes: Science and Society informa que los huracanes tienden a perder fuerza al desplazarse sobre tierra firme donde, durante las primeras 24 horas, la velocidad de los vientos se reduce más o menos a la mitad.
El 25 de agosto de 2017, el huracán Harvey golpeó el territorio estadounidense como una tormenta de categoría 4 que tocó tierra a unos 49 kilómetros al noreste de Corpus Christi, Texas.
Antes de perder fuerza y transformarse en una tormenta tropical, Harvey soltó 52 pulgadas (alrededor de 130 centímetros) de lluvia en el área de Houston y causó daños estimados en 148,800 millones de dólares (ajustados a 2022), lo que lo convierte en el segundo huracán más costoso jamás registrado en territorio estadounidense.
Por otra parte, Harvey cobró las vidas de más de 100 personas, tanto como consecuencia directa de la tempestad como por factores relacionados, incluidos accidentes vehiculares, electrocución y la imposibilidad de acceder a servicios médicos.
El huracán Ida, otra tormenta de categoría 4 que azotó Luisiana el 29 de agosto de 2021, causó daños por valor de 78,700 millones de dólares. A decir de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, hasta el 9 de septiembre de aquel año, los medios noticiosos habían informado de un total de 91 víctimas mortales en varios estados. N